La ovetense Marisa Fernández tiene 67 años y carné de conducir desde hace cuatro. Quiso aprender a manejar un turismo justo después de la muerte de su marido. En especial lo hizo para poder llegar a la casa familiar del difunto, ubicada en San Pedro de Bárcena (Tineo). Desde entonces, todos los fines de semana, salvo raras excepciones, acude a la cita junto a su cuñada, Herminia González, también viuda y de 85 años. Pero ya no podrán volver a hacerlo. ¿El motivo? Pues que el pasado domingo, de madrugada, un devastador incendio redujo a escombros esta casa que heredaron ocho hermanos. "Todos invirtieron parte de los ahorros en esta vivienda. Ahora no nos queda nada", lamentaba Marisa Fernández ayer en conversación con LA NUEVA ESPAÑA.

Marisa Fernández asegura que "me iluminó Dios" cuando el pasado sábado tomó la decisión de no dormir en la casa del pueblo. Por la tarde, mientras su cuñada, ella y otras vecinas del pueblo tomaban café, la casa se quedó sin luz. Fue el primer aviso. Poco después escucharon y vieron chispas. Y más tarde sofocaron con ayuda de un extintor de una ganadería cercana un pequeño fuego. "También llamamos a los bomberos", cuenta Marisa Fernández. Un equipo del Servicio de Emergencias del Principado se personó en la casa y comprobó que el incendio había sido sofocado. También acudió la Guardia Civil.

A las nueve y media de la noche, Marisa Fernández y Herminia González se marcharon de la casa. "Nos dijeron que podíamos irnos y que todo estaba controlado", explica. Pero el fuego volvió horas más tarde y lo hizo para destrozar la vivienda familiar y todo lo que había dentro. "Se acabaron los fines de semana en el pueblo", lamenta esta ovetense muy apenada por lo ocurrido. En cuestión de horas, la casa ardió. La vivienda sólo conserva en buen estado la estructura principal. "Un desastre, lo bueno es que no dormimos allí. No puedo ni pensar en ello", dice conocedora de que la catástrofe podía haber ser aún mayor si el fuego la llega a sorprender a ella y a su cuñada en pleno sueño.

El domingo por la mañana los bomberos llamaron a la mujer, según cuenta, para advertir del desastre. La vivienda pertenece a la familia del cantante de tonada Odón García, quien ayer también dio gracias por no tener que lamentar daños personales. "Dentro de lo malo, mi madre y mi tía decidieron no quedarse a dormir", señala.

No obstante, recuerda que la familia está muy apenada con la pérdida. "Se trata de la casa donde nacieron mi madre y mis tíos y llevaban muchos años cuidando de ella para poder disfrutarla en verano y los fines de semana", indica. Odón García lamenta además que el fuego haya calcinado la vivienda porque para él significa "perder parte de lo que hicieron mis abuelos Manuel Belarmino González y Corona Gómez".