La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

MANUEL CUETO SUÁREZ | Dentista ovetense, premio "Francisco Martínez Castrillo" del Colegio de Odontólogos de Asturias

"No entiendo que se deje la salud bucal en manos de mecánicos"

"Los pacientes solicitan una sonrisa no sólo sana, sino también bonita; ya nadie pide una dentadura postiza"

Manuel Cueto Suárez. LNE

El ovetense Manuel Cueto Suárez ha sido galardonado con el XXVIII Premio "Francisco Martínez Castrillo", otorgado por el Colegio Odontólogos y Estomatólogos de Asturias en reconocimiento a sus cualidades humanas, su inquietud científica y su vida colegial. El galardón se entregará el próximo 11 de febrero, durante la celebración de la Festividad de Santa Apolonia, patrona de los dentistas. Manuel Cueto es médico especialista en Estomatología, doctor en Medicina por la Universidad de Oviedo y profesor asociado de la Clínica de Odontología de la Universidad de Oviedo. Ha impartido más de cien cursos en España, Portugal, Alemania y México, y ha publicado numerosos artículos en revistas nacionales y extranjeras.

-¿Con qué ánimo recibirá este premio?

-Estoy muy emocionado. Que tus colegas te concedan un premio es algo que a uno le llena de orgullo.

-¿Cuál debe ser, a su juicio, la misión del Colegio de Dentistas en la actualidad?

-Siempre ha sido y será defender los intereses de los colegiados. También promover la salud de la población, mejorar la formación de los colegiados y ayudar a aquéllos que más necesitan la asistencia odontológica y no tienen acceso a ella. En este aspecto, el Colegio tiene abierta una clínica para asistencia de las personas más desfavorecidas, cubriendo los gastos y poniendo profesionales para realizar los tratamientos.

-¿Cómo ha visto evolucionar la profesión?

-La evolución ha sido espectacular. Hace treinta años, los pacientes acudían al dentista por dolor y se consideraba normal que una persona perdiese los dientes a los 50 años. Era habitual que las personas portasen una dentadura completa, esos dientes de plástico que recordamos de los abuelos de antaño. Hoy día, los pacientes solicitan tener una sonrisa no sólo sana, sino también bonita. Piden estar más guapos y, por supuesto, ninguno de mis pacientes quiere una dentadura completa, sino conservar los suyos y que los falsos que pongamos no se noten y funcionen igual que los naturales. Hoy es habitual que a los 80 años los pacientes conserven la mayoría de sus dientes.

-¿Cuál es la situación del intrusismo en el sector?

-Sigo sin comprender cómo puede haber personas que dejan su salud bucal en manos de mecánicos sin ninguna cualificación profesional para ejercer la odontología. Y es más grave aún que la Administración no vea claro que dejar en manos no cualificadas este aspecto puede acarrear graves problemas de salud que a veces no pueden resolverse. Odontología es una carrera superior universitaria de cinco años que, obviamente, no puede compararse con la formación de un módulo de FP que en modo alguno capacita para actuar en la boca de las personas.

-¿Cómo ve el papel de las cadenas de clínicas dentales?

-Las cadenas dentales son empresas mercantilistas que sólo buscan el beneficio sin pararse en la persona que están tratando. Tienen un marketing muy agresivo. Sus precios, bien analizados, no son más baratos que los que puede ofrecer un profesional de prestigio. Evidentemente, un dentista no puede pagar un anuncio de 30 segundos en la televisión nacional, pero a buen seguro que sus tratamientos están por encima de los que ofrecen esas franquicias.

-¿Deberían producirse cambios en las prestaciones odontológicas de la sanidad pública?

-En Asturias tenemos un fantástico servicio público de asistencia odontológica. La sanidad pública debe tratar a los niños, para que, con los años, no desarrollen patologías serias. Deben prevenir las enfermedades, pero difícilmente podrá pagar los tratamientos estéticos, como es obvio.

-¿En qué línea evoluciona la demanda?

-Como he comentado, las peticiones de los pacientes actuales van más hacia lograr una sonrisa bella y funcional. El miedo a los tratamientos, que aún existe, podemos obviarlo con los anestésicos y la sedación de los pacientes. También empleando tecnologías punteras, como los tratamientos mínimamente invasivos, tanto en cirugía como en la conservación de los dientes, y aparatología más silenciosa que evite la aprensión por parte del paciente.

-La eterna pregunta: ¿es muy caro ir al dentista?

-Los tratamientos dentales son costosos, pero no más caros que los trabajos que podrían hacer otros profesionales en sus campos si los contratásemos por horas, como los arquitectos o los ingenieros. Hay que pensar que los dientes son máquinas que trabajan durante todo el día, no sólo cuando se mastica, y como cualquier máquina necesitan un mantenimiento regular a lo largo de toda la vida.

Compartir el artículo

stats