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Los cultivos del Paraíso

Hermosos frutos enanos

Tomatillos de Jerusalén. P.F.

Su trabajo de comercial la obligaba a estar todo el día por la calle visitando clientes, el frío comenzó a hacer mella y no consiguió librarse de la gripe. El medico le aconsejo reposo, pero hizo caso omiso, y se fue complicando la cosa. Apenas tenia fuerzas para levantarse, así que se vio obligada a pasar unos días en casa.

Todo era tan monótono y aburrido que no sabia en que pasar el tiempo, leía un rato, y cuando no, observaba desde la ventana lo que pasaba por la calle. Justo enfrente había un jardín pero al ser invierno no tenía mucho colorido para donde mirar, salvo un pequeño arbusto que estaba lleno de frutos rojos y naranjas.

De nombre científico Solanum pseudocapsicum, es más conocido como tomate enano, o tomatillo de Jerusalén. Es originario de América del Sur, y ha llegado hasta nosotros para dar un toque de color durante en otoño y el invierno. Podemos cultivar este precioso arbusto en maceta o directamente en el terreno; un buen sustrato que drene con facilidad evitara que la raíz llegue a pudrir en caso de encharcamiento, ya que en verano los riegos son más abundantes. Ideal para lugares soleados o de semisombra, en invierno puede llegar a soportar temperaturas bajas -un par de grados bajo cero no son nada-, aunque habrá que cruzar los dedos para que con estos fríos siberianos no baje demasiado la temperatura y se hiele. Buscando un lugar resguardado para aquellas zonas donde el invierno es mas duro no habrá complicaciones.

Con la llegada de la primavera los frutos, prácticamente pasados, arrugados, sin apenas turgencia, caen al suelo dejando paso a las flores, y a finales de verano ya se podrán apreciar algunos frutos de un color anaranjado, color que posteriormente será rojo intenso.

Este arbusto no suele llegar a alcanzar el metro y medio pero si que podemos conseguir que sea más compacto mediante unas pequeñas podas. Si pinzamos en primavera, conseguiremos no solo que la planta esté más ramificada, sino que se estimule su floración y con ello el número de frutos. También se eliminaran las puntas de las ramas.

Pero no solo con esto conseguiremos una mejor formación y floración del tomatillo, pues el abonado es fundamental; con un abono de liberación lenta o con un fertilizante líquido seria suficiente, pero quizás lo que mejor resultado da es el guano, así la explosión de flores y frutos esta asegurada. A la hora de podar también es conveniente eliminar aquellas ramas muertas o secas.

Los pulgones sienten debilidad por él, la humedad ambiental juega un papel importante en la aparición de esta plaga. Una humedad media y un poco de control suelen dar resultado.

En caso de no poder librarse de los insectos será necesario tratar, bien con agua jabonosa o con algún insecticida. Y si la humedad en el ambiente es elevada, nos podemos encontrar con oidio, o botrytis.

Otro problema añadido es un exceso de agua en la raíz, que puede llegar a pudrir el tomatillo.

La manera mas sencilla de hacerse con uno es comprar un ejemplar bien formado, pero si prefieren ser testigos de todo el proceso de crecimiento les invito a que hagan un pequeño semillero. Una vez que los frutos se caen es el momento de liberar las semillas que se encuentran en su interior, se dejan secar, y allá por el mes de marzo o abril habrá llegado el momento de hacer el semillero.

En una mezcla de arena y turba colocaremos las semillas, no muy enterradas, y en cosa de un mes ya habrá asomando alguna hoja. Los esquejes también dan muy buen resultado; para ello cortaremos un trocito de tallo de unos diez centímetros y justo por debajo del nudo haremos un pequeño corte en bisel.

Manteniendo el sustrato húmedo en poco tiempo las primeras raíces aparecerán. Se haya obtenido tanto por esqueje como por semilla, cuando la planta alcance cierto tamaño será aconsejable pasarla a una maceta mayor.

Lo que hace a este arbusto interesante desde el punto de vista ornamental, más que sus flores, son sus frutos, tan llamativos. Pero sepan que son tóxicos, así que, eso sí, habrá que conformarse sólo con mirarlos.

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