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MANUEL MONASTERIO | Deportista trasplantado de riñón, ponente del Trail Run Festival de la pola

"Hubo un momento en el que creí que nunca iba a hacer más deporte ni a trabajar"

"Yo me cuido muchísimo y hasta ahora me ha ido bien; pero esto no lo recomiendo para todo el mundo"

Manuel Monasterio, en una competición. Manuel Noval Moro

El deportista Manuel Monasterio (Gijón, 1973) visitó recientemente la Pola para participar en una de las charlas del Trail Run Festival, y hablar de su experiencia, todo un ejemplo de entrega y superación. Su vida transcurría con relativa normalidad hasta que en el año 2008 le detectaron una enfermedad congénita que le había dañado severamente los riñones. Durante varios meses estuvo sometido periódicamente a hemodiálisis hasta que el 4 de noviembre de 2009 recibió un riñón con el que vive actualmente.

-Su vida deportiva parece haber sido más intensa tras el trasplante.

-A mi siempre me gustó cualquier cosa que fuera en la naturaleza, y hacía travesías por el mar de larga distancia. Hacía cosas, no a nivel competitivo, pero siempre me gustó ir por la montaña, y hacía grandes travesías. Sí es cierto que después empecé a competir. Al principio, tras el trasplante, tuve dificultades, pero después ya me fui encontrando mejor y me propuse correr el cross Villa de Gijón, que lo corría todos los años, y después poco a poco fui aumentando la distancia hasta correr la maratón de Madrid y la de Barcelona, hacer un Ironman, hacer por primera vez el ultratrail de Somiedo, eso fue en 2014, y en 2015 hice uno de los Ironman más duros de Europa, que es el kilómetro cero de Madrid, y el año pasado la Carrerona del agua, y Somiedo.

-¿Se siente un ejemplo al hacer estos deportes?

-Ves que al hacer este tipo de cosas le llama la atención a la gente que está también trasplantada, que ve que puede tener una vida normal, con ciertos cuidados y algunas limitaciones, está claro, pero que puede hacer muchas cosas. Yo estoy dentro de un proyecto que se llama la plataforma Trainsplant, en la que se recibe asesoramiento sobre todas estas cosas.

-Si todos los deportistas deben seguir unas pautas para hacer deporte de forma saludable, ustedes con más razón, ¿no?

-Sí. Yo no lo hago a lo loco sino que estoy trabajando con la doctora en biomedicina, Sonsoles Hernández Sánchez, y de hecho yo participé en le trabajo para la elaboración de su tesis. Hice un Ironman y todos los valores que me tomaron sirvieron para su estudio. Ella me lleva todos los entrenamientos desde hace cuatro años, y esa plataforma está creada para deportistas trasplantados de toda España, para concienciar y ayudar a la gente de que puede retomar otra vez la actividad física y deportiva.

-¿En algún momento pensó que el deporte no iba a ser nunca más para usted?

-Sí. Lo pensé. No solo el deporte sino también el trabajo y todo. Se me vino el mundo encima. Yo tengo un trabajo exigente físicamente y me iba tan mal, porque me veía como un anciano, que cansaba caminando cien metros, no podía coger pesos y todo así. Siendo joven, te ves muy limitado.

-¿Y cómo lo superó?

-Mirando a la gente que viene detrás de ti. Recuerdo que cuando estaba en diálisis compré una revista en la que salía un reportaje de Nani López de Sagredo, que fue el primer trasplantado del mundo que hizo Titan Desert, la carrera en bicicleta por el desierto, y fue un año después de la operación. Cuando lo vi pensé: si este hombre puede hacer eso yo también puedo continuar con mi vida y hacer cosas segura, alguna manera tengo que buscar para poder hacer lo que quiero. Fue mi inspiración en ese momento. Yo creo que en nuestro grupo siempre podemos ayudarnos unos a otros a vencer esos miedos.

-O sea que en el caso de los trasplantados, no solo está lo que uno logra individualmente sino lo que aporta a la comunidad.

-Sí, cuando haces una prueba de estas le das un poco más de visibilidad a estos asuntos. Yo cuando hice el ultra de Somiedo de 2014 me hicieron un pequeño reportaje en televisión y durante las semanas siguientes me llamó mucha gente no para hacer deporte de larga distancia sino gente que quería hacer senderismo o correr y que tenía miedo a hacer cualquier tipo de esfuerzo. Ahí fue cuando me cambió el chip. Fue cuando me di cuenta de que uno debe echar un cable cuando pueda. Ahí fue cuando supe que no solo estoy yo sino la gente que está a mi alrededor. Ahora participo en muchas iniciativas sociales. Por ejemplo, el año pasado participé en bastante campañas, como "Donantes de altura", o también una iniciativa en Somiedo con la Fundación Josep Carreras. Se trata de devolver a la sociedad lo que me ha dado.

-Dicen que el deporte extremo está en el límite de lo saludable, y en su caso parece que con más razón. ¿No cree que fuerza la máquina más de lo necesario?

-Yo no hago las cosas a lo loco. Hago analíticas al terminar las pruebas. Los entrenos que hago están guiados toda la semana, y cada vez que tengo un reto de estos desde la nutrición hasta el líquido que tengo que tomar, la cantidad de ejercicio que tengo que hacer lo tengo todo muy regulado. De hecho, a día de hoy, cada vez que he hecho una prueba de estas he hecho analíticas en el Huca después, porque yo tengo que hacerlas cada tres meses como trasplantado, y hasta ahora jamás en una analítica me ha dado algo negativo. Yo me cuido muchísimo y el entrenamiento que hago yo para llevar a una prueba de estas supera bastante a la prueba en si, no es algo que hagas tú de calentón y te apuntes. Mi estilo de vida es el deporte, durante todo el año estoy haciendo cosas y entrenando, y tengo una base física bastante fuerte para poder aceptar estos retos. Hasta ahora no he tenido grandes problemas, más que los típicos que cualquiera puede tener en una competición. Siempre que he hecho una prueba de estas me ha ido bien. Otra cosa es que lo recomiende para todo el mundo. Jamás lo haría.

-Lleva una vida muy estricta.

-Son cosas que hay que hacer muy bien y, sobre todo, guiadas por un profesional, que es como lo hay que hacer. Los domingos recibo un e-mail con todo lo que tengo que hacer. El año lo divido en partes, con unos ejercicios u otros en función de lo que vaya a hacer. Es una vida que no le gusta a todo el mundo pero que a mi si me gusta.

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