La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un universitario ovetense espera una operación de hombro desde hace cuatro años

A Álvaro Sotorrío le prescribieron una cirugía antes de empezar Minas y, a punto de acabar la carrera, sigue pendiente del HUCA

Álvaro Sotorrío Fernández-Mijares, ayer, en la plaza del Fresno, de Oviedo. LUISMA MURIAS

En junio de 2013, los médicos determinaron que Álvaro Sotorrío Fernández-Mijares tenía que ser operado de una luxación del hombro derecho. En aquel momento practicaba kárate, tenía 19 años y estaba a punto de iniciar el grado de Ingeniería de Minas. Hoy, casi cuatro años más tarde, este joven ovetense está a dos asignaturas de terminar la carrera y sigue sin operar. Por el medio, soportó una larga espera por una resonancia; se perdió su historial médico en el traslado del HUCA al nuevo edificio de La Cadellada; se jubiló su traumatólogo; tuvo que hacerse otra resonancia; le realizaron un preoperatorio que ayer, seis meses después, caducó; y recibió una propuesta para operarse en Gijón que más tarde pasó a ser en Avilés y de la que no ha vuelto a tener noticias. Tras una sucesión de incidentes en los que el hombro se le salió de su sitio, decidió que tenía que dejar el kárate.

Álvaro Sotorrío Fernández-Mijares (Oviedo, 1994) aún no sabe cuándo van a intervenirle. Lo más concreto que le han dicho en el Hospital Universitario Central de Asturias es que en el momento actual están llamando para entrar en el quirófano a los que hicieron el preoperatorio en mayo de 2016. "Ya no es sólo el perjuicio para la salud de los pacientes; es que, con tanta repetición de pruebas y de preoperatorios, la sanidad pública despilfarra muchos recursos por su propia ineficacia", afirma el estudiante de Minas. Para ser totalmente rigurosos, puntualiza, hay una parte del retraso que no es responsabilidad del HUCA, dado que entre octubre de 2015 y junio de 2016 estuvo en Polonia en el marco del programa Erasmus. Así y todo, señala, "cuatro años para una operación sencilla me parece una barbaridad".

Su madre, Laura Fernández-Mijares, procuradora, tilda la situación de "esperpéntica y lamentable". Y la pone en conexión con algunas declaraciones en la reciente comisión de investigación de la Junta General del Principado sobre las listas de espera sanitarias. "Es difícil no enfadarse cuando lees que los tres últimos consejeros de Sanidad niegan irregularidades y maquillaje de las listas y califican las demoras como aceptables. Estamos hablando de una de las mayores ineficiencias del sistema de salud, al que se dedica una partida que representa un importante gasto del presupuesto público y, por tanto, destino de gran parte de nuestros impuestos".

La peripecia de su hijo comenzó cuando los médicos le comunicaron que debía operarse. Era, como se ha dicho al principio de estas líneas, junio de 2013. En diciembre de ese mismo año llegó la resonancia y el ingreso en lista de espera para la intervención. Se pierde su historia clínica, nueva resonancia, se jubila el traumatólogo que le había llevado, le asignan otro y le llaman para realizar el preoperatorio el 8 de julio de 2015. Dado que Álvaro Sotorrío se iba a Polonia en otoño, el HUCA opta por sacarlo de la lista e incluirlo de nuevo a su regreso. "Cuando mi hijo estaba a punto de volver, en mayo de 2016, volvemos a visitar al doctor y lo meten de nuevo en la lista. El 8 de agosto nos citan para realizar el preoperatorio". El joven no hizo planes de viajes durante el verano por si llegaba la llamada. No llegó.

El siguiente episodio tiene lugar en octubre de 2016, cuando "nos llaman para derivar la operación a la Cruz Roja de Gijón". Les advierten de que "lo mejor es aceptar, porque si nos negamos, nos pondrían al final de la lista". "Parecía que todo llegaba a su fin, pero a los dos días nos llaman y nos explican que 'como es joven no quieren arriesgar', y que por eso no lo operan en Cruz Roja". Un mes después, "nos dicen que lo derivan a la Fundación Hospital de Avilés. "Sorprendida, le comento a la señorita todo lo anterior y me responde que es raro, que lo estudian y que nos llamarán. Por supuesto, seguimos esperando su llamada".

Compartir el artículo

stats