"Un intelectual apasionado por muchas cosas, como lo fue John Donne y mi maestro, ante cuyo recuerdo aún me emociono", así se refirió ayer el profesor de la Universidad de Oviedo José Luis Caramés a José Benito Álvarez-Buylla, que fue vicerrector de la institución académica, ovetense afincado en Gijón y traductor al español, y en verso, de la obra del poeta metafísico inglés John Donne.

El Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA acogió ayer, en coincidencia con la celebración del centenario del nacimiento de Álvarez-Buylla, la presentación de la edición de las traducciones de Donne en las que el profesor trabajó intensamente los cuatro últimos años de su vida. Virginia Álvarez-Buylla, la mayor de las cinco hijas del hombre que vio truncada por la guerra y la política su vocación de diplomático, reclamó más reconocimiento para su padre, "un hombre que nunca perdía la compostura ante la grosería y la impertinencia, una persona que sabía utilizar la ironía de una forma magistral, también en su propia casa, con nosotras", señaló la primogénita.

Precisamente fue ella, junto a sus hermanas, la gran impulsora de la edición del libro, con prólogo de Martín López-Vega, que sale a la luz de la mano de la editorial Saltadera, que asumió el proyecto como un modo de profundizar en el mercado nacional, según explicó ayer el editor, Antón García Abril.

Caramés ofreció alguna pincelada personal de su maestro, que según él era del Sporting, extremo desmentido de forma simpática por su hija Virginia, quien matizó que su padre "era del Real Oviedo". Fútbol aparte, Francisco José Borge, vicerrector de Extensión Universitaria y Proyección Internacional, recordó que Donne no fue comprendido en su momento, igual que le ocurrió a Álvarez-Buylla, que no pudo acceder a la carrera diplomática por condicionantes políticos. "Le pusieron la etiqueta de rojo", aseguró su hija.