El hongo, la chimenea, la columna de humo. El incendio en el barrio de Pumarín no pasó desapercibido para casi ningún ovetense desde que a las diez de la mañana las llamas que salían de la uralita del número 36 de la avenida de Pumarín empezaron a generar una espesa nube negra que se elevaba sobre el cielo de Oviedo. El humo del incendio del bazar chino se hizo visible desde cualquier punto en la ciudad y las voces de alarma, los wasap, los vídeos, las fotos y los mensajes en las redes sociales se multiplicaron a en muy pocos minutos mostrando el "hongo" de Oviedo. Algunos incluso ironizaban, al principio, sobre el tipo de nube que había en la ciudad.

La columna de humo se fue apoderando del "skyline" de la ciudad, cambiante según las horas y los lugares desde los que se observaba la ciudad con el incendio en su corazón. La imagen desde el monte Naranco dejaba ver un Oviedo que parecía sumirse en una tragedia mayor de la que se vivió ayer, donde no hubo que lamentar víctimas, y sugería una auténtica zona cero elevándose desde el área norte de la ciudad. Si uno había divisado la columna de humo desde el Campo San Francisco y trataba de ir aproximándose al foco para comprobar de qué se trataba, la humareda se iba haciendo más intensa y hacía presagiar lo peor a medida que se atajaban calles.

El humo asomando tras la Catedral de Oviedo, el humo levantándose detrás del teatro Campoamor y, finalmente, el humo asombrando ya a todos los vecinos de Pumarín cuando uno empezaba a aproximarse al barrio por el campus del Milán.

En ese punto, no quedaba lugar a dudas de que era un incendio, pero nada daba la dimensión real de lo que estaba sucediendo a las diez de la mañana hasta que no se asomaba a la avenida de Pumarín y se descubrían ya las dotaciones de Bomberos, la Policía, los vecinos y los equipos sanitarios de emergencia atendiendo alguna crisis de ansiedad.

Una curiosidad, el incendio afectó especialmente al Grupo municipal Socialista. No sólo porque el Alcalde y el concejal de Seguridad estuvieron en el puesto de mando. Los concejales del PSOE Diego Valiño y Ana Rivas también estuvieron en la zona, no sólo por ser representantes de los vecinos, sino también por residir en una zona próxima a la afectada. Horas más tarde, del incendio quedaba un olor que se extendió por toda la ciudad.