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Cambio de placas

El comandante Janáriz pervive en el carné de identidad de la Tenderina

Los vecinos y comerciantes de la vía, junto a la avenida de Torrelavega, recelan del cambio de nombre por el de Matilde García de la Real

El comandante Janáriz pervive en el carné de identidad de la Tenderina JULIÁN RUS

"Ellos que hagan lo que quieran, pero yo no pienso cambiar el nombre de mi calle ni en el carnet de identidad". Así de tajante se muestra José Luis García, un jubilado que reside en la antigua calle Comandante Janáriz desde 1961 y que se resiste a admitir el cambio de nombre de la vía, que ha pasado a llamarse Matilde García de la Real como consecuencia de la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. "Me parece una tontería muy grande. Esto no es más que un movimiento político de los que mandan en Oviedo, que quieren poner a los suyos. En la Guerra Civil hay mártires de ambos bandos y no está bien remover ese pasado", mantiene.

No es que José Luis García tenga algo contra la ovetense Matilde García de la Real y Álvarez Mijares -hija de la poetisa Emilia Álvarez Mijares y del también escritor Timoteo García del Real, profesora durante la Segunda República, periodista y también escritora-, pero le tiene cariño al nombre de Comandante Janáriz a pesar de que se corresponda con el de un militar franquista. "Se abren muchas calles nuevas o sea que tienen sitio para ponerles los nombres que quieran, pero las que hay no tienen que tocarlas", subraya García. "Como mucho que le quiten lo de comandante si les suena a guerra, pero que dejen Janáriz", añade.

Carmen Torga, que regenta junto a su marido un taller de coches, tampoco está de acuerdo con las consecuencias de la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica. "Hay muchas cosas que hay que arreglar antes de andar mareando la perdiz con las calles. Sin ir más lejos, toda esta zona de La Tenderina está llena de suciedad y de ratas", asegura la mujer. Según sostiene Torga, "el cambio de nombre de la calle sólo les trae problemas a los vecinos y a los que tenemos negocios aquí".

A Carmen Torga en la vida le sonó a franquista el nombre de Comandante Janáriz. "Pero sí lo tuve que buscar en internet ahora que estamos con todos estos cambios. No sabía ni quién era él ni tampoco la mujer que nos van a poner ahora, o sea que mira a ver si aquí nos suena o no a política", afirma. "Eso de andar a estas alturas con el franquismo es una cosa absurda, encima sin contar con los vecinos para tomar decisiones que para ellos son importantes", subraya Carmen Torga. Por otro lado, están los gastos que les supone a los negocios el cambio de nombre. "Para empezar todos nuestros clientes saben que estamos en esta calle porque llevamos aquí muchísimos años. Además, por poner un ejemplo, yo me acabo de gastar 400 euros en tarjetas de visita con la dirección antigua y en otros productos de publicidad", señala Torga.

Algo similar pasa en la panadería de Carla Hevia, donde las barras y los pasteles que se sirven a los clientes siguen siendo envueltos con papel en el que está impresa la dirección con el nombre de Comandante Janáriz. "Se trata de un problema para nosotros y de un gasto importante. En nuestro caso seguiremos utilizando las bolsas y los envoltorios hasta que se nos acaben porque los que no se puede hacer es tirar el dinero ni el papel". Hevia mantiene que el cambio de denominación "no beneficia a nadie".

Lo mismo piensa el jubilado Juan Luis García. "Cuando yo vine a vivir a esta calle no me fijé para nada si se trataba o no del nombre de un militar franquista, lo único que están haciendo con esto es tocar las narices a la gente con un tema que no debería tocarse", asegura. Una de las cosas que más le ha molestado a García es que desde el Consistorio "no se haya contado con la opinión de los vecinos para hacer las cosas". No en vano, "lo del cambio de calles no trae más que problemas que no necesitamos los ciudadanos", subraya el jubilado.

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