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El tripartito ovetense pedirá a Defensa la cesión de los restos del monasterio de la Vega

El claustro barroco y la portada románica de la capilla se encuentran en la finca de la desaparecida Fábrica de Armas, sin acceso para el público

Portada románica de la capilla de Santa Bárbara, en el interior del recinto de la antigua Fábrica de Armas. LUISMA MURIAS

"Los 120.000 metros cuadrados que ocupa la Fábrica de Armas de La Vega tienen que volver a la ciudad". El tripartito (Somos, PSOE e IU) repite esta frase como un mantra. Pero el Ministerio de Defensa, propietario de los terrenos, ya ha dicho que nada de cesión, que el Ayuntamiento debe poner dinero sobre la mesa para recuperar tan jugoso solar. Así, mientras llega la hora de sentarse a negociar con el departamento que ahora lidera María Dolores de Cospedal (PP), al concejal de Cultura ovetense, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", se le ha ocurrido recuperar la parte histórica de la Vega: los restos del antiguo monasterio benedictino repartidos entre una de las naves -el claustro barroco- y la capilla de Santa Bárbara -la portada románica-.

Sánchez Ramos asume, como buena parte del resto del equipo de gobierno municipal, que las negociaciones con Defensa "van a llevar tiempo". Pese a los diversos intentos, apenas se han dado avances. Incluso el alcalde, Wenceslao López, ha reclamado por escrito al Ministerio la devolución de los terrenos y ha planteado soluciones intermedias que no han cristalizado.

La ley impide a Defensa entregar a cambio de nada su patrimonio. Con él hace caja para afrontar pagos de programas armamentísticos. Y en Oviedo, de momento, las circunstancias obligan a apretarse el cinturón y a dedicar los esfuerzos económicos a otras prioridades. El Ayuntamiento no renuncia a recuperar el solar de La Vega y no le faltan ideas sobre qué podrían hacer allí. Pero mientras el futuro se aclara aparecen otras opciones. "Hay que proponer a la ministra que, como señal de cariño hacia Oviedo, ceda el espacio del monasterio de la Vega y la iglesia románica", apunta Sánchez Ramos. Dada la situación de los restos, protegidos por Patrimonio y pegados a la calle Adelantado de la Florida, el edil de Cultura considera que el conjunto "se pude segregar perfectamente del resto de la fábrica y abrir para la ciudad estas dos piezas".

Sánchez Ramos confía en la buena voluntad de Defensa para lograr la cesión, sobre todo porque "no podemos permitir que este patrimonio esté lleno de ortigas y se acabe cayendo". A cambio, y siempre según Sánchez Ramos, "el Ayuntamiento se comprometería a rehabilitar y a mantener el espacio". "Sería un primer gesto", insiste el titular de Cultura, de cara a la negociación que "va durar tiempo y meses", calcula ante las complicadas conversaciones que se avecinan.

Sánchez Ramos ya habla de firmar con Defensa "un convenio a diez años" para que "toda la ciudad de Oviedo, pueda conocer este patrimonio" oculto tras los muros de la desaparecida Fábrica de Armas de la Vega.

El concejal va más allá, y está convencido de que recuperar para la ciudad este trozo de su historia "serviría para reforzar el patrimonio histórico de Oviedo, fundamentalmente al plan del Prerrománico" y hacer "un paquete" con el Camino Primitivo a Santiago de Compostela. El plan de Sánchez Ramos es presentar a Defensa el proyecto para esta parte de la Vega ya redactado. Sánchez Ramos tiene muy claro que este "plan global" contaría "con un gran consenso ciudadano". Y es que Sánchez Ramos asume que todo lo que rodea al patrimonio histórico ovetense genera intensos debates. Por eso, afirma que "hay que construir objetivos más allá de nuestros ombligos".

Hasta mediados del siglo XIX la parcela de la Vega estaba ocupada por un convento de monjas benedictinas. Estas fueron desalojadas y llevadas al monasterio de las Pelayas para levantar en la zona la Fábrica de Armas. Pasó el tiempo, y aunque la fábrica mantuvo el edificio monacal en principio, el desmantelamiento se llevó a cabo en su mayor parte entre 1917 y 1918 con la demolición de la iglesia, coro, torre y portería.

Posteriormente se construyó la capilla de Santa Bárbara, a la cual se trasladó una portada románica de la iglesia desmantelada. Sin embargo, el claustro principal, de seis arcos en cada , aún se conserva incorporado dentro de una de las grandes naves de la Vega. Se mantiene en pie la firme construcción pétrea de aspecto clasicista, con arcos de medio punto y severas pilastras, según recogen historiadores del arte como Yayoi Kawamura.

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