El homenaje al Rector Leopoldo Alas Argüelles en el 80.º aniversario de su fusilamiento, en el mismo lugar en que fue asesinado el 20 de febrero de 1937, se convirtió ayer en un canto a la libertad, la paz, la razón, la inteligencia y el espíritu libre universitario.

El Ayuntamiento descubría en la antigua cárcel, hoy Archivo Histórico Provincial, un monolito dedicado a su memoria y la de "todos los que, como él, perdieron la vida en defensa de sus ideas". El homenaje, partiendo de lo municipal, se extendió al ámbito universitario, con la presencia de la directora general de Universidades, Cristina Valdés; el Rector, Santiago García Granda; y el exrector Alberto Marcos Vallaure, encargado de glosar la figura del Rector Alas.

Al otro lado del monolito, los concejales Ana Taboada y Roberto Sánchez Ramos completaban la representación municipal que encabezó el Alcalde, Wenceslao López, y a la que se sumaron los concejales del grupo socialista y una pequeña representación de dos concejales del PP.

Su presencia no debió de resultar del todo cómoda cuando el Alcalde de Oviedo aprovechó el final de su intervención para vincular el fusilamiento del Rector Alas con los cambios en el callejero franquista. López habló de "combatir el olvido", y explicó que a los asesinos de Alas el Ayuntamiento "les ha retirado el honor, no llamándoles asesinos o indeseables, sino quitando sus nombres de las calles de Oviedo, entre ellos al Coronel Aranda, máximo responsable de este asesinato". Y no evitó lamentar que por estas decisiones "algunos ovetenses nos plantean demandas". Visiblemente emocionado, finalizó su intervención clamando, contra la "ignominia", un "¡viva la libertad!".

Si Wenceslao López no evitó subir el tono, el resto de los participantes en el homenaje optó por una cadencia sosegada, de concordia y de exaltación de la talla humana y académica de Leopoldo Alas Argüelles. Especialmente emocionado y conciliador estuvo el nieto del rector fusilado, el catedrático Leopoldo Tolivar Alas. Detalló que el homenaje, lejos de ser "excluyente", se extendía a todos los que como su abuelo habían "defendido la libertad, la democracia o el laicismo", y defendió el carácter de "reencuentro", de "futuro en paz" del homenaje.

Cristina Valdés puso el énfasis en la vinculación del lugar del fusilamiento, hoy Archivo Histórico, como lugar "de la memoria histórica", y reclamó que el monolito descubierto ayer sea "huella y marca intangible" para el reconocimiento de los que, como Alas, lucharon por la libertad.

El actual Rector, Santiago García Granda, y el exrector Alberto Marcos Vallaure glosaron la figura de Leopoldo Alas Argüelles. El primero tiró de otro rector, Unamuno, citó el "venceréis pero no convenceréis", defendió la necesidad de preservar la Universidad, como lo habría hecho Alas, como "templo de la inteligencia" y aplaudió el desagravio a Leopoldo Alas Argüelles, "que toda la sociedad debe observar y reconocer". Marcos Vallaure habló del "universitario ejemplar muerto en el ejercicio de su cargo", de su talla académica, su compromiso, la "parodia de juicio" y los falsos cargos. También, del progresivo desagravio que las instituciones van ejerciendo sobre su figura.

Las notas del cello de María García, interpretando "Canción sin palabras" de Mendelssohn y el "Gaudeamus Igitur" universitario, pusieron la despedida. Entre el público, destacados socialistas como Antonio Masip, y los diputados regionales de Podemos Emilio León y Daniel Ripa.