Casi 20 millones de personas en España padecen al menos una enfermedad crónica. Y esta cifra no dejará de aumentar, sobre todo si se tiene en cuenta el envejecimiento de la población: más del 70 por ciento de los mayores de 65 años tiene alguna enfermedad crónica y la media de enfermedades por persona se sitúa en cuatro.

Estas cifras definen uno de los desafíos que afronta el sistema sanitario. Y constituyen el objeto central de debate del IX Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, que se celebra en Oviedo de manera simultánea con la IV Conferencia Nacional del Paciente Activo. Alrededor de 1.000 profesionales sanitarios y de servicios sociales, gestores sanitarios y pacientes están congregados en la capital asturiana hasta mañana sábado.

"En nuestro país, el 80 por ciento de las consultas de atención primaria y el 60 por ciento de los ingresos hospitalarios se deben a estas patologías, lo que supone que este perfil de pacientes copa un gasto sanitario cercano al 80 por ciento del total", subrayan los promotores del evento. "Cuando un paciente con una o varias enfermedades crónicas presenta las reagudizaciones de sus cronicidades, entonces la respuesta de los sistemas, de casi todos, es ofrecer unos servicios hospitalarios desproporcionados, y costosos, y además muy desiguales", señala el presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Antonio Zapatero.

La medicina de familia, a través de la atención primaria, "también experimenta esta desproporción, pero en sentido opuesto, representando sólo el 14,6 por ciento del gasto en sanidad, cuando en realidad se asume que actúa como puerta de entrada de las personas al sistema sanitario atendiendo a cada paciente con una atención integral y con un enfoque generalista y longitudinal", precisa el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), Salvador Tranche, médico del centro de salud del Cristo (Oviedo).

A juicio de los expertos, la cronicidad "conlleva la necesidad de establecer nuevos modelos organizativos, que den mayor valor a la coordinación asistencial y estén encaminados a la provisión de servicios integrados para los pacientes, ya que han demostrado ser más eficientes, tener un menor coste y ofrecer una atención sanitaria de mayor calidad".