La creciente tensión entre las asociaciones vecinales y el equipo de Gobierno se trasladó el pasado jueves en una reunión muy accidentada del distrito urbano 2, que agrupa los barrios y zonas rurales de la zona oeste del municipio.

El primer problema fue la ausencia de las actas de la anterior reunión. Fuentes del área de participación explicaron que la sustitución de una funcionaria por otra contribuyó al extravío del documento en el que venían reflejados los anteriores acuerdos. Sin embargo, ese mismo día el presidente del distrito, Diego Valiño, recibió el anuncio de la aparición de una grabación alternativa que, aunque con un audio deficiente, permitió trasladar parte de lo sucedido en aquella reunión. Los miembros del consejo de distrito consideraron, sin embargo, que era un acta incompleta y rechazaron su aprobación.

La cuestión tiene más miga que la simple desaparición de un acta, puesto que la del jueves era la cuarta reunión del distrito; hay asociaciones que acumulan tres ausencias sin justificar y según el reglamento esas faltas pueden ser motivo de expulsión. Entre esas asociaciones figura La Ciudadana, vinculada al grupo Somos, y otras tres, entre ellas, la Federación de Personas Sordas del Principado de Asturias.

Sin resolver esta expulsión por la ausencia del acta, la presencia de Rubén Rosón para explicar el presupuesto, invitado por Diego Valiño, provocó otra bronca. El vicepresidente del distrito, Javier Fernández, de la asociación de Vallobín, entendió que era un mitin político y abandonó la reunión. Diego Valiño, que había informado previamente al vicepresidente de la visita de Rosón sin que éste le pusiera pegas, calificó el incidente de "bochornoso".