"Gustavo Bueno nos sedujo con las teorías que nos explicaba en la Universidad a finales de los años sesenta cuando en Francia los estudiantes protestaban en las calles y en España veíamos todo eso con gran curiosidad". El profesor de Filosofía Alberto Hidalgo, discípulo del pensador riojano y miembro de la llamada "escuela materialista de Oviedo", nacida al calor del corpus filosófico de Bueno, realizó ayer un recorrido por la obra del maestro, con especial hincapié en las teorías que encontraron mayor eco internacional.

Fue durante la conferencia titulada "La difusión de la filosofía de Gustavo Bueno en otras lenguas", perteneciente al ciclo "Gustavo Bueno: referencia filosófica", organizado por la asociación Tribuna Ciudadana

Hidalgo, uno de los principales expertos en la obra de Bueno, vivió de cerca la gestación del materialismo filosófico y de la teoría de la ciencia conocida como cierre categorial. Compañeros de viaje fueron también Juan Cueto, Vidal Peña, Alberto Cardín, Julián Velarde, Elena Ronzón y Gustavo Bueno Sánchez, entre otros, que rodearon al profesor durante su etapa como catedrático en la Universidad de Oviedo, a la que llegó tras las huellas de Feijoo, y en la que permaneció desde 1960 hasta 1998.

Hidalgo contó que en su primer libro Bueno sitúa el inicio de la filosofía en Platón y trató de hacer una geometría de las ideas de corte platónico. Destacó "El animal divino", de 1985, como "un libro al que han prestado mucha atención los teólogos y cuyas tesis no se entienden sin ponerlas en relación con otras teorías sobre el origen de la religión". "Yo llegué a la Universidad decepcionado tras haber leído a Kierkegaard, el padre del existencialismo, pero Bueno era algo diferente a todo lo que conocíamos y por eso tuvo un gran impacto en sus alumnos", indicó.

Francia, y no Alemania, fue según Alberto Hidalgo el primer país que acogió las tesis del catedrático, fallecido el 7 de agosto del año pasado en Niembro (Llanes). La presentación del conferenciante corrió a cargo de la directiva de Tribuna Ciudadana Virginia Gil y de la filósofa Nicole Holzenthal, traductora de la obra de Bueno al alemán y doctorada con una tesis dirigida por el propio Hidalgo. Holzenthal defendió la vigencia del materialismo filosófico enunciado por Bueno y destacó la necesidad de ese sistema de pensamiento en Alemania y en Austria, "donde se requiere aire nuevo para abordar los asuntos de actualidad".