Una mujer de 89 años sufrió ayer un robo en su propia casa, un piso de la calle Picasso, en el barrio de Pumarín, cuando permitió entrar a una falsa asistente social hacia las diez y media de la mañana. La ladrona simuló trabajar en Cruz Roja y estar interesada en mejorar el estado de salud de la víctima, que tiene movilidad reducida. Pero tras un cuarto de hora de conversación, se marchó llevándose consigo el dinero que había en la casa, cuya cifra no ha trascendido.

La víctima describe a la ladrona como una mujer alta, delgada, con gafas y pelo oscuro que llevaba un vestido de tonos negros y blancos. Al parecer, le hizo numerosas preguntas sobre su estado de salud que alternaba con otras más dispares como el tipo de cremas que usa o si sale a tomar el sol y apuntaba la respuestas en una libreta.

La semana pasada una mujer de 82 años sufrió una estafa en plena calle, en La Corredoria, mediante el timo de la estampita. Entregó cerca de 3.000 euros y joyas a tres ladrones compinchados -dos hombres y una mujer- que interpretaron papeles diferentes. Uno era un joven con problemas mentales y los otros dos un matrimonio de la zona, él abogado de profesión. Los hechos ocurrieron en la calle Fuente de la Braña, donde abordaron a la mujer a la salida de un supermercado.