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Los cultivos del Paraíso

Calas, el poderío del jardín

Una cala. Pelayo Fernández

Tenía una casa en un pueblo de la costa, muy cerca de Cantabria, en la que pasaba muchos fines de semana y vacaciones. Desde que se había jubilado, salvo los meses más fríos, casi todo el tiempo estaba allí de continuo. Dedicaba su tiempo a un pequeño huerto acondicionado en lo que antes era el jardín trasero de la vivienda.

Delante de casa otro pequeño jardín y un murete de piedra de un metro de alto le separaban de la carretera, en aquellas fechas poco transitada. Al llegar el buen tiempo la cosa cambiaba, aquello se llenaba de forasteros.

Entre el murete y la carretera crecían unas matas de calas que se llenaban de flores. Los turistas, asombrados de tal despliegue vegetal, al marchar no podían por menos que llevarse alguna para casa. A don Andrés, algo cascarrabias, le enfadaba mucho eso y siempre tenía unas palabras para aquel al que sorprendía cortándole las calas. De nombre científico "Zantedeschia", es más conocida como cala o lirio de agua. Esta preciosa planta comienza a dejarse ver por estas fechas. Crece en el lugar más inesperado. Los terrenos frescos y húmedos son esenciales para un buen desarrollo.

La maceta es otra alternativa para aquéllos que no disponen de jardín. Incluso podría llegar a crecer en zonas cercanas a estanques o hasta sumergida ligeramente en agua. Esto no supone un problema, ya que si el lugar es seco se puede intentar mantener la humedad. En estos casos el problema viene más bien por la exposición al sol.

Entonces sí que lo más aconsejable es un lugar sombrío, pues a las calas no les hacen nada de gracia los rayos directos y menos los del verano a mediodía, que son matadores.

Esta planta prefiere las temperaturas medias, pero si en invierno bajan demasiado, lo resiste, ya que su parte aérea desaparece, y la raíz queda a la espera de la llegada de la primavera para volver a brotar. Las hojas grandes anuncian la llegada del buen tiempo, y las flores, con forma de embudo, llaman la atención.

Aunque más familiarizados a verlas de color blanco, hay infinidad de colores que pueden dar un buen toque al jardín. A medida que van saliendo las flores y estas se van marchitando es recomendable cortarlas, pues así se estimula el crecimiento

Los insectos no se sienten atraídos por su belleza y quizás sean los pulgones los más inoportunos. Caracoles y babosas se alimentan de sus hojas. Por lo general se ven más atraídos por la zona tan fresca en la que suelen crecer las calas, más que por ellas. Si las hojas pierden vigor y cambian su color a amarillo, posiblemente estemos ante un problema de hongos en la raíz. Cuando presenta manchas en las hojas hay que eliminarlas y si es necesario tratar con algún fungicida.

Otro problema lo encontramos cuando las hojas presentan un mosaico de colores, en ese caso estamos ante una virosis. La mejor manera de actuar es aplicar prevención.

Si hay algo fácil en este mundo es el cultivo de las calas y más fácil todavía conseguir un trozo de raíz. Para ello la planta ha de tener mas de dos años. Se cortará un trozo con cuidado, empleando una cuchilla desinfectada. Antes de plantar hay que dejar secar el corte. Pasado un tiempo, cuando "la herida esta curada", podemos pasarlo a una maceta o al terreno, plantando a unos diez centímetros de profundidad. A pesar de lo peculiar de la flor es posible obtener semillas. La cala está formada por la espata (parte blanca con forma de embudo) y el espádice (eje carnoso de color amarillo).

Los órganos masculinos están en la parte superior y los femeninos en la inferior. El viento y los insectos facilitan la polinización. Haremos el semillero con turba y mantendremos la humedad hasta que comience a germinar. Una vez que la plántula alcanza unos diez centímetros podemos trasplantar, pero tocará esperar al menos un año más para poder ver alguna flor, cosa que con los rizomas no pasa ya que en ese mismo año podrá brotar.

Es una planta ideal para zonas próximas a estanques y lugares sombríos. También sirve para hacer pequeñas borduras, y sus flores, perfectas para la floristerías, tienen mucha demanda. Si quieren tener flores frescas siempre ya saben que hacer.

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