Detenido en un semáforo de la calle Padre Suárez, junto al Campillín, y cargado de alcohol, un joven de Morente, en la zona de La Manjoya, intentó llevarse por delante al policía de paisano que había tocado su ventanilla y le mostraba la placa. Ahí inicio una huida kamikaze que le llevó a rodear el parque por Arzobispo Guisasola, llegar a la glorieta de San Lázaro y tomar la Ronda Sur en sentido contrario hacia Fozaneldi.

En ese momento, ya no conducía la Peugeot Partner blanca haciendo extraños, lo que llevó al agente junto al vehículo, sino que la pilotaba al límite. Consiguió dar esquinazo a los policías, que para ese momento ya habían dado aviso a todas la patrullas activas a las 7.40 horas de esta mañana, seguramente todavía noche para el fugitivo. Unos minutos después, los mismos policías locales, localizaban la furgoneta al inicio de la calle Carta Puebla. En los alrededores dieron con el escapado. Una breve persecución a pie fue suficiente para ponerle los grilletes.

Ya en el cuartel de Rubín, cuadruplicó el límite permitido de alcohol, con 1 miligramo por litro de air espirado y admitió haber consumido drogas. Fue trasladado a la comisaría de la Policía Nacional, en la calle Juan Benito Argüelles, a la espera de pasar a disposición judicial. Podría enfrentarse a acusaciones por conducción temeraria, atentado a la autoridad y por conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas.

Además, también en la madrugada del sábado al domingo, otro conductor también multiplicó por cuatro el límite de alcohol permitido, después de chocar contra otro vehículo estacionado en la zona de carga y descarga de la calle González Besada, en el tramo que hace de prolongación de Muñoz Degrain.

El último caso de un coche con actitud kamikaze en Oviedo se produjo el pasado verano, cuando un conductor borracho se estrelló contra un coche de la Policía Local regresar de las fiestas de Montecerrao.