"El agitador Vórtex" es un aparato para mezclar líquidos en laboratorio. Es también el título del espectáculo que Cris Blanco presenta esta tarde en el teatro Campoamor, dentro de la programación de la Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo (SACO). Sobre el escenario y en directo, Cris Blanco dirige, realiza e interpreta una película y establece un juego con los espectadores, a los que reta a "entrar y salir de la realidad". "El público es gente muy inteligente, mucho más que yo", afirma. Y esta tarde será él el que se decida si se deja arrastrar por la ficción o mantiene una actitud escéptica hacia lo que va a suceder al abrirse el telón.

"El agitador Vórtex" está inspirado en un libro, "El animalario del doctor Robillod", cuenta Cris Blanco, uno de esos volúmenes infantiles con las páginas divididas en varias partes y que pueden combinarse entre sí para crear animales fantásticos. Eso es lo que hace en el espectáculo con el que está de gira por España. Busca "el extrañamiento" y comenta que no es tan raro: "Lo hemos visto muchísimo en el cine, Tarantino ha usado música flamenca en una película de artes marciales como 'Kill Bill". "Se tienen que romper más fronteras entre las artes", opina. "Hay que abrirse a otras cosas: las etiquetas son un rollo", añade.

"El agitador Vórtex" se estrenó en Tarrasa en 2014 y es una coproducción en la que participan "La Casa Encendida" de Madrid, "El Mercat de les Flors" de Barcelona y el centro cultural BUDA, en Bélgica. Cris Blanco, que en escena se defiende sola, ha contado con la colaboración de Rubén Ramos y de los asturianos Óscar Bueno y Anto Rodríguez en la parte técnica, la música, las coreografías, el guión y también en la dirección.

Ayer, en una pausa en los ensayos en el Campoamor, Cris Blanco reconoció que estrenar en el teatro ovetense es "el sueño ideal" y felicitó a los programadores por abrir un escenario tan "solemne" a "esta forma de arte en vivo tan extraña". Hasta ahora "El agitador Vórtex" se había mantenido en el circuito de festivales de danza y teatro.

Cris Blanco estudió en la Escuela de Arte Dramático de Madrid. Es tan inquieta, dice, que no pudo quedarse en casa esperando, así que se lanzó a montar sus propias "piezas" -palabra que prefiere a la más manida "performance"-. La anterior fue "Ciencia ficción", sobre "esa parte de la ciencia que parece mentira". Para aquel montaje, Cris Blanco escribió canciones a partir de teorías científicas, hizo un concierto y abrió un blog. Su tendencia a expandir su movimiento creativo a través de géneros y formatos diferentes, como vuelve a hacer en "El agitador de Vórtex" viene de lejos.

La Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo ya ha superado su ecuador. Esta tarde se proyectarán algunos de los mejores cortometrajes que han concurrido a la última edición del Festival de Clermond-Ferrand, en Francia. Eso será a partir de las seis de la tarde, en el teatro Filarmónica. El espectáculo de Cris Blanco en el Campoamor empezará a las ocho y media.

Las entradas a todos los actos de SACO es gratuita, aunque deben recogerse en las taquillas previamente o reservarse a través de internet.