"Cuando la escasez aprieta, el Ayuntamiento fleta a las cubas de los bomberos para llevar agua a donde no la hay. Se trata de un servicio excepcional y de emergencia, que pese a todas sus incomodidades, sirve para aliviar la situación. Pero las sesenta familias de la calle de Pumarín B-34, como si hubiesen sido desheredadas de las mínimas y fundamentales atenciones municipales, no disfrutan ni siquiera de este consuelo. Al parecer, la situación ha sido producida por un cierto fallo del procedimiento administrativo. Por lo visto, la casa oficialmente no existe, y como no existe el Ayuntamiento no puede suministrar el agua. Algunos vecinos se pusieron al habla directamente en varias ocasiones con el Ayuntamiento, pero hasta ahora sólo han conseguido buenas palabras".