"¡Esto es una pesadilla, no puede ser verdad!". Una mujer de 56 años no daba crédito a lo que le pasó ayer mientras caminaba tranquilamente por la calle Santa Cruz hacia las 16.15 horas. Un coche que bajaba por esa vía en dirección a la plaza de la Escandalera -una recta- la arrolló y arrastró más de 30 metros, para acabar aplastándola contra uno de los muros que rodean la Junta General del Principado. En décimas de segundo, la víctima, M. P. A. P., pasó de ir paseando de regreso a su casa a estar tirada en la acera sangrando abundantemente por la cabeza y las dos piernas, que presentaban heridas graves. Sus primeras palabras tras el atropello se las dijo a un empleado de la oficina de turismo del Escorialín, que corrió a socorrerla en cuanto vio lo que le había pasado a través de la ventanilla de su puesto de trabajo, justo enfrente.

La conductora, M. L. M. B., de 62 años y natural de Grado, alegó que el coche, un Renault Mégane, sufrió un fallo mecánico porque no le respondían los frenos. La Policía Local analiza el vehículo e investiga las causas del accidente ante la posibilidad de que la mujer, que dio negativo en la prueba de alcoholemia, se despistara y diese un volantazo al intentar evitar a los coches detenidos ante el semáforo que tenía delante y terminase invadiendo la acera. Los agentes que levantaron el atestado contaron ayer con el testimonio de uno de los conductores que estaba detenido en uno de esos semáforos y con el de los trabajadores de la oficina del Escorialín.

Los informadores del Escorialín llamaron al 112 y los servicios sanitarios de urgencia trasladaron a la víctima al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en estado grave. Según ha podido averiguar este periódico, los médicos barajaban la posibilidad de operarla ante las severas lesiones que presentaba en las piernas y preparaban un quirófano del complejo hospitalario. M. P. A, P., tenía un corte profundo en la cabeza por el que sangraba abundantemente y las heridas abiertas en los miembros inferiores eran visibles entre las roturas de los pantalones que llevaba puestos, que quedaron destrozados por el accidente.

Enol González fue el joven que socorrió a la mujer minutos después de que sufriera el atropello. "Estaba atendiendo a unos turistas y oí un golpe fuerte. Al asomarme vi a una mujer tendida en el suelo y a un coche sobre la acera". Este informador de la oficina municipal de turismo de Oviedo intentó tranquilizar a la víctima y darle conversación para que se mantuviera despierta hasta que llegase la ambulancia. "No se creía lo que le había pasado. Lo repetía una y otra vez. Me dijo que era de Latores y que tenía 56 años".

La Policía Local acordonó la zona en la que se produjo el accidente. En concreto, el tramo de muro lateral que rodea la Junta General del Principado en la calle Marqués de Santa Cruz.