El Ayuntamiento ha renunciado a seguir adelante con la construcción del vivero de empresas tecnológicas a imagen del Silicon Valley californiano ante el riesgo de provocar daños en las viviendas del entorno. Además, el municipio ya ha perdido la financiación de la Unión Europea (UE) con la que se iba a pagar parte de la obra, que cuenta con un presupuesto de más de 4,5 millones de euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución de un año.
Las obras, ya iniciadas, llevan paralizadas desde finales de 2015 tras un desencuentro con la empresa -la constructora Los Álamos- que va camino de resolverse en los tribunales. Para poder contar con la financiación europea del edificio, que el PP presentó como uno de sus proyectos estrella cuando Agustín Iglesias Caunedo todavía era el alcalde, la instalación debería entrar en funcionamiento a finales de mes, algo ya imposible.
El problema se centra en que una vez iniciadas las obras de excavación para los cimientos, los técnicos de la constructora advirtieron, según consta en un informe, de problemas en la estabilidad del subsuelo que requirieron "importantes sobreconsumos de hormigón" no previstos dentro del proyecto. Los ingenieros de la empresa constataron además que si no se llevaba a cabo una modificación del proyecto se podría alterar el nivel freático de la zona, lo que "podría afectar severamente a la estabilidad de las edificaciones colindantes" más antiguas, tal y como explicó el abogado Jorge Álvarez, miembro del bufete Ontier. La compañía temió que se reprodujera lo sucedido en el barrio cuando en la década de los años 90 la construcción de un aparcamiento subterráneo en el entorno del Palacio de los Deportes produjo "grietas por las que entraba un brazo" en varios edificios de la zona. Ante esta situación, la empresa solicitó al Ayuntamiento más dinero para poder hacer frente a los imprevistos y el sobrecoste del hormigón. También puso sobre la mesa la necesidad de modificar el proyecto del edificio que iba a ser de consumo energético casi nulo. A juicio de la empresa, tal y como está diseñado el edificio es prácticamente imposible que cumpla con los estándares necesarios para que sea considerado como una infraestructura de bajo consumo energético.
El Consistorio rechazó las pretensiones de la empresa y puso en marcha la rescisión del contrato. Ahora, y según fuentes municipales, el tripartito está a la espera de un informe del Consejo Consultivo del Principado que dé visto bueno a la rescisión del acuerdo entre el Ayuntamiento y Los Álamos. La empresa ha manifestado en varias ocasiones que quiere sacar adelante el proyecto, siempre y cuando se tengan en cuenta sus peticiones. Pero el tripartito lo tiene claro: no habrá "Silicon Valley" en Ventanielles. Ahora queda por delante concretar cuánto tiene que pagar el municipio por las obras que se han ejecutado -se calcula que el 4,7 por ciento del total del proyecto- y se avecina un nuevo pleito, que recuerda al que está en marcha por el fallido spa del Naranco.
