Cuando la empresa EDP comenzó los trabajos previos a la urbanización de la Fábrica de Gas, en los terrenos que como propietaria se reservó para construir pisos, el Ayuntamiento de Oviedo anunció que ese mismo año pondría en marcha una factoría cultural en el recinto. Aquello fue en febrero de 2015 y de ello hace más de dos años. La realidad a día de hoy es que el recinto permanece cerrado, que no hay grúas ni máquinas trabajando en el interior y que la maleza amenaza con adueñarse del solar y de sus edificios. La vegetación campa a sus anchas por los tejados de la nave de la sociedad Popular Ovetense, en el Postigo Bajo, y se asoma a la calle desde el interior de la parcela.

Las actuaciones en el solar de la Fábrica de Gas están aparcadas desde el año 2015. Fue entonces cuando el Ayuntamiento de Oviedo renunció a acometer los trabajos previstos para la mejora de las condiciones de accesibilidad y habitabilidad de los mil doscientos metros cuadrados del recinto. El objetivo de la intervención era evitar que el edificio siguiera degradándose. La inversión prevista era de 320.000 euros pero quedó en el aire por defectos de tramitación presupuestaria que el actual equipo de gobierno municipal atribuyó a sus antecesores del PP.

En febrero de aquel mismo año, EDP -antes HC, Hidrocantábrico- había metido las grúas en la parcela, para apuntalar la marquesina de Ildefonso Sánchez del Río, un edificio que una vez restaurado iba a ser cedido al Ayuntamiento para que habilitara en él un auditorio. EDP también tenía que vaciar las naves y clasificar los materiales y máquinas que permanecían en su interior. Todas estas actuaciones respondían a la ejecución del plan especial redactado por el arquitecto gallego César Portela para la urbanización de la Fábrica de Gas, en vista de los acontecimientos y hasta ahora ha resultado irrealizable.

La polémica ya venía de antes y comenzó con la calificación del antiguo conjunto fabril como zona edificable, en el Plan General de Ordenación Urbana aprobado en 2006 y en su versión anterior.

El plan de Portela contempla la conservación de elementos singulares como el gasómetro, la marquesina de Ildefonso Sánchez del Río o la vieja chimenea, de la fachada y del lucernario del edificio del director, obra del arquitecto Joaquín Vaquero Palacios y que da entrada al complejo por la fachada de la calle Paraíso. También mantiene la puerta de entrada, obra de Miguel García Lomas. Prevé la apertura del complejo a la ciudad, comunicando a través de una plaza interior las calles Postigo y Paraíso. Se barajó la posibilidad de unir la Fábrica con el casco antiguo, a través de una pasarela o de la apertura de un paso, pero quedó descartado.

La tramitación del plan y su aprobación fue lenta. En 2011, la Junta de Gobierno municipal dio luz verde al proyecto de la propiedad, pero las alegaciones de IU retrasaron el trámite. El Ayuntamiento lo aprobó inicialmente en 2012, con la oposición de IU. El plan pasó luego por el Principado, por la CUOTA (Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio) y el Consejo de Patrimonio. En el verano de 2012 el plan especial fue aprobado en el pleno del Ayuntamiento.

En el año 2013 la propiedad del complejo lo parceló ante notario, dividiéndolo de acuerdo al plan especial que contemplaba la cesión al Ayuntamiento de Oviedo de 1.400 metros cuadrados para oficinas y equipamientos y otros seis mil metros cuadrados de espacio libre de uso público. Para pisos se reservó e 11.372 metros cuadrados.

Cuatro años más tarde, el complejo sigue sin urbanizar y los edificios cedidos al Ayuntamiento de Oviedo permanecen cerrados y sin uso. Y el mantenimiento y limpieza del conjunto, como salta a la vista, es deficiente.