Las muestras de cariño desbordan al taxista que sufrió un secuestro a punta de pistola de Oviedo a Avilés pasando por Cudillero la noche del domingo. Sus amigos y compañeros de profesión le envían continuos mensajes de ánimo para que se recupere lo antes posible. Todavía de baja por ansiedad y recluido en su domicilio con su familia, sale lo imprescindible a la calle y se limita a contestar a los buenos deseos de su entorno con una frase: "Gracias por vuestro apoyo". El conductor prefiere guardar silencio sobre los detalles que rodean el caso y su situación anímica. Así se lo ha hecho saber a LA NUEVA ESPAÑA en una escueta conversación telefónica. "No quiero dar carnaza", aseguró la víctima, que confía en la investigación policial y acaba de recuperar su vehículo de trabajo -del que es propietario- después de que la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) lo analizase.

Los investigadores han revisado las grabaciones de las cámaras de seguridad de la delegación asturiana de Economía y Hacienda porque están instaladas junto a la parada de la calle Alonso Quintanilla en la que el asaltante se subió al taxi el pasado domingo. Sin embargo, los resultados no son claros. No es fácil identificar al culpable debido al corto alcance y a la ubicación de los objetivos, que apuntan a un ángulo determinado e insuficiente; parte de la fachada y de la acera. Sólo las cámaras de vigilancia de edificios de cuerpos y fuerzas de seguridad, y de la Dirección General de Tráfico están dotadas de sistemas que ofrecen una visión panorámica del entorno.

El empleado de la víctima, que estaba de baja por enfermedad la noche del secuestro, ha vuelto a circular por la ciudad con el taxi mientras el dueño de la licencia se repone. De hecho, este periódico localizó el miércoles el vehículo -un Toyota Auris de pequeño tamaño- cuando circulaba por la calle Celestino Álvarez, en el barrio de Montecerrao. Sin embargo, los telefonistas de la centralita de la compañía Radio Taxi Ciudad de Oviedo aseguraron ayer, tanto por la mañana como por la tarde, que ese coche estaba ilocalizable. "No puedo decirle si está de servicio en este momento, empieza más tarde o no trabaja".

El dueño de la licencia describió a su captor como un hombre de unos 35 años, calvo o con el pelo rapado y una estatura aproximada de 1,70 metros. Sin embargo, no lo reconoció en ninguna de las fotografías de sospechosos que los agentes le mostraron el lunes en la comisaría de la calle General Yagüe. Tampoco ha trascendido la nacionalidad del asaltante. Algunas fuentes apuntan a que es de Europa del Este, pero la Policía Nacional no lo ha confirmado.

El secuestrador se montó en los asientos traseros del taxi en la parada de Quintanilla y solicitó ir al aeropuerto. En ese momento, el conductor le envió un mensaje a su mujer para hacerle saber que iba a hacer la última carrera del día. Minutos después, el cliente le encañonó y le amenazó con pegarle dos tiros si no hacía lo que le decía. Le obligó a parar el vehículo y meterse en el maletero para que él pudiese tomar el mando. Así, el secuestrador condujo hasta Cudillero, pero terminó desorientado y volvió a sentar al volante al taxista forzándole a ir a Avilés. La carrera acabó en la calle Fernández Balsera de esa ciudad. Antes de huir, el asaltante amenazó al taxista con matarle si lo denunciaba y le robó dinero y el móvil. Ya solo en su coche, el taxista fue a la parada de la calle Doctor Graíño, contó lo que le había pasado a otros taxistas y alertó a la policía.

El dispositivo policial desplegado la misma noche del domingo para "sellar" las salidas de Avilés y tratar de dar caza al asaltante no tuvo éxito. Pese a que varios coches patrulla deambularon hasta la madrugada por las calles, el pistolero logró darles esquinazo. Es por eso que la policía tiene en marcha un plan de controles de carretera y vigilancia urbana con el que espera dar con el paradero del fugitivo. La Policía Nacional, que considera "coherente" el relato del taxista sobre los hechos, mantiene abiertas todas las hipótesis y guarda un secreto absoluto de la marcha de las investigaciones.