Wenceslao López (PSOE), alcalde de Oviedo, salió ayer al paso de las quejas vertidas el pasado domingo por el Arzobispo, Jesús Sanz Montes, sobre los desperfectos que los conciertos que se celebran en la plaza de la Catedral están causando sobre la basílica. El veterano político reconoce que la plaza de la Catedral no es el lugar para organizar grandes conciertos, pero hasta que el Ayuntamiento no reforme las pistas de San Lázaro las actuaciones seguirán manteniéndose en la plaza de Alfonso II el Casto, tanto las de San Mateo como la hoguera de San Juan.

Si Sanz Montes aseguró el Domingo de Ramos que había visto "caer piedras de la fachada por los decibelios. Está peligrando el edificio, y no es un edificio cualquiera", el Alcalde replicó ayer que "en la plaza de la Catedral ha habido conciertos desde hace muchos años. Las piedras se caen por la edad y no por el ruido".

El regidor socialista entiende así que los desprendimientos que se han producido en los últimos años en la Catedral nada tienen que ver con la música en directo. "Todos los edificios antiguos tienen un problema: los años hacen que requieran un mantenimiento", apuntó para rememorar que "ya hemos visto las obras que se han tenido que hacer recientemente en la iglesia de San Isidoro, y ahí no hay conciertos".Proteger la Catedral

Eso sí, el Alcalde asume que hay que proteger el valor patrimonial de la Catedral y de su entorno, además de querer normalizar las relaciones con la Iglesia después de que el Cabildo suspendiera el tradicional caldo de Ramos en al que se invitaba a la Corporación. "Vamos a tratar siempre de minorar actuaciones en la plaza de la Catedral en la medida de lo posible. No sólo afectan a la Catedral, también a las personas que residen en la zona. Hay que ser respetuosos con los residentes y tratar de llevar a otro ámbito los eventos musicales", dijo López.

Pero el cambio de lugar va a ser complicado. "Lo que ocurre es que no tenemos un escenario más adecuado. No hay ningún ánimo de molestar ni al Cabildo ni al Arzobispo, al contrario. Queremos que la convivencia prime por encima de todo", sentenció, a la espera de reformar San Lázaro.