"Ni un acorde de menos, ni un decibelio de más". Con ese lema por bandera, los músicos ovetenses volverán a la carga la próxima semana para conseguir la normalización de los conciertos en directo en los bares de la ciudad. Apoyados por los hosteleros y los vecinos del colectivo Oviedo Redondo -una de las asociaciones del Antiguo, donde también hay plataformas en contra de este tipo de espectáculos-, los integrantes de la Asociación de Músicos y Músicas d'Uvieu (MÚ) convocarán una rueda de prensa en la que solicitarán al Principado que clarifique "de una vez por todas" la legislación vigente o "que la cambie si es necesario" para permitir que se celebren espectáculos musicales en locales insonorizados en los que ya se "pincha" música grabada. Los músicos aseguran que su iniciativa también cuenta con el apoyo de Somos en el Ayuntamiento, cuyos concejales se sienten "atados de pies y manos" porque los técnicos municipales interpretan que, en la situación actual, la ley indica que los conciertos sólo pueden organizarse en discotecas habilitadas para 100 decibelios.

Los músicos de Oviedo llevan ya más de un año y medio en contacto con el Principado, pero a pesar de que obtuvieron buenas palabras y lograron algunos movimientos en favor de la modificación de la ley de Espectáculos, esas negociaciones se encuentran ahora "archivadas". También existe un decreto de Medio Ambiente que regula la insonorización que deben tener los locales según su uso y que dejaría en papel mojado la reforma de la Ley de Espectáculos, pues entre otras cosas también exige una insonorización de 100 decibelios para la música en directo y echa para atrás a los técnicos a la hora de dar su aprobación. "La pelota está ahora en el tejado del Principado y esto es ya un ultimátum. Tenemos el apoyo de políticos del Ayuntamiento, pero el Gobierno regional tiene que arreglar lo que sea necesario para que los músicos podamos trabajar respetando a los vecinos, para que los técnicos no nos frenen", dice Jorge Otero, portavoz del colectivo. El caso es que, "ahora mismo, con el batiburrillo legal que hay, cualquiera puede parar un concierto en Asturias, no sólo en Oviedo".

El discurso es lineal entre los músicos. "Necesitamos una solución cuanto antes porque los conciertos son algo fundamental para la vida social y cultural de la ciudad", señala el cantautor Pablo Moro. Wilón de Calle, un músico de larga trayectoria en la ciudad e integrante de "The Electric Buffalo", también es de la misma opinión. Los miembros de la escena ovetense no entienden que no se pueda tocar en directo al mismo volumen que se permite pinchar la música grabada. "Nosotros somos los primeros que queremos dormir y por eso también queremos respetar a los vecinos tocando al volumen permitido y a unas horas establecidas que sean razonables", dice.