La procesión de Jesús Resucitado puso ayer un broche de oro a la Semana Santa ovetense. Una mañana de cielos despejados, sol radiante, temperaturas en ascenso y multitud de turistas por el centro histórico de la ciudad acompañaron durante hora y media a las seis cofradías que procesionan juntas, en orden inverso a su antigüedad, en esta despedida de la Semana de Pasión.

Entre las pocas novedades, las obras que está realizando el cabildo en la fachada del claustro de la Catedral obligaron a modificar ligeramente el itinerario. Las cofradías y el paso de Jesús Resucitaron tuvieron que salir del palacio arzobispal y en vez de iniciar el recorrido por el tránsito de Santa Bárbara, rodearon la Corrada del Obispo y llegaron a la calle Santa Ana después de recorrer Canóniga.

Los acordes que marcaba la agrupación musical Sagrado Corazón de Jesús abrían la procesión, que se inició con el himno nacional, y en el cierre el contrapunto musical lo puso la banda de música "Ciudad de Oviedo". En medio, las seis cofradías ovetenses, empezando por la de "La Borriquilla", y siguiendo por la Hermandad de Los Estudiantes, la del Silencio y Santa Cruz, la de Jesús Cautivo, la Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores y la del Nazareno, antes del paso y del cortejo que cerraba la procesión, con el deán Benito Gallego y los responsables de cofradías y hermandades.

Tras ellos, y antes del grupo de fieles que se fue sumando al cortejo, procesionaron también varias damas con mantilla blanca, con cierto follón entre los organizadores al término de la procesión. El presidente de la Junta de Hermandades, Luis Manuel Alonso, afeó la presencia "oficial" en la procesión a algunas de estas mujeres. El motivo, explicaba, es que en la procesión de Jesús Resucitado cada cofradía procesiona con el traje oficial, por lo que los cofrades que quieran participar deben hacerlo integrados dentro de la cofradía a la que pertenezcan y con los hábitos oficiales. Otra cosa distinta, matizó, es el que quiera acompañar la procesión, pero libremente y sin hacerlo de forma oficial. A las damas de mantilla blanca no les gusta esta imposición. Una de ellas, María Luisa González, perteneciente a varias cofradías, explicaba ayer a este periódico que el problema es que la Junta de Hermandades "no quiere mantillas blancas" cuando, protestaba, "en Gijón sí que pueden salir en la procesión".

Una polémica muy pequeña y casi desapercibida ante el buen tiempo, el bullicio en las calles y el componente familiar que una procesión como la del Resucitado tiene, con abundancia de cofrades benjamines.

Antes de la procesión tuvo lugar en la Catedral la misa pontificial de Resurección, presidida por el Arzobispo Jesús Sanz Montes, seguida de la bendición papal.

El Arzobispo aprovechó la misa para agradecer el apoyo y el trabajo de todos los que han ayudado tanto en los oficios como en las procesiones. Pero en sus agradecimientos tuvo unas palabras especiales para la agrupación coral de la Catedral, la Schola Cantorum, por su "belleza y talento". No en vano, contó, las virtudes de las voces que cantan en la Catedral de Oviedo ya se conocen y se alaban en Roma gracias a los cardenales que las han escuchado aquí. Y, así, Jesús Sanz Montes pudo escuchar de los labios de algunos de estos cardenales en su última visita al Vaticano "que Oviedo es el ejemplo y la referencia" en lo que se refiere a esta agrupación coral.