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JOSEP MARIA FLOTATS | Actor y director de escena, llega mañana al Campoamor con "Serlo o no. Para acabar con la cuestión judía"

"El Gobierno aborrece el teatro porque cree que a la mayoría no le interesa"

"El arte y la literatura ayudan a modificar y refinar el comportamiento del ser humano"

Josep Maria Flotats.

"Serlo o no" recala mañana, a las ocho de la tarde, en el Campoamor para enfrentar al público con el miedo a sentirse aislado y la necesidad inherente al ser humano de pertenecer a un grupo. Josep Maria Flotats (Barcelona, 1939) dirige esta obra original del dramaturgo francés Jean-Claude Grumberg y se sube a las tablas con el actor Arnau Puig. Ambos interpretan a los dos únicos personajes de un texto que lleva por subtítulo "Para acabar con la cuestión judía", pero que va mucho más allá de explicar el origen hebreo. Dos hombres dialogan en el rellano de la escalera de su casa. Uno es judío y el otro, al saberlo, necesita ahondar en las raíces de su vecino. Oviedo acoge una función de esta obra, en plena gira por España tras su estreno en noviembre de 2015 en el teatro Lliure de Barcelona.

- ¿Por qué decidió representar esta obra?

-Tengo la suerte y el privilegio de conocer a Jean-Claude Grumberg. Nos vemos cada vez que voy a París y en uno de mis viajes, en verano de 2015, me pasó el manuscrito de "Serlo o no". Me pareció fantástico y me dijo que si yo quería podía adaptarla y estrenarla.

- Todo un privilegio dirigir un texto de Grumberg, pero ¿es un escritor desconocido en España?

-Así es. Es la primera obra de este autor que se monta en España. Sin embargo, es muy reconocido en Francia. Allí es uno de los rarísimos autores de teatro vivos que se estudian en el Bachillerato. Se dice de él que es el autor de comedia más trágico de su generación porque trata temas serios con una ironía que provoca sonrisas.

- ¿Los diálogos de los dos personajes de "Serlo o no" pueden extrapolarse al origen de los conflictos bélicos de nuestra época?

-Absolutamente. Es una comedia sobre la ignorancia. El desconocimiento genera oscurantismo, tópicos y pánico que a su vez pueden llevar a una guerra. El miedo desemboca en la creación de enemigos hipotéticos de los que hay que defenderse y crea bandos muy enfrentados.

- ¿Se puede superar ese pánico a lo desconocido?

-Soy un pesimista activo y tengo pocas esperanzas al respecto, pero aún así creo que la respuesta está en la cultura. El arte y la literatura ayudan a modificar y refinar el comportamiento humano. A civilizarlo, vaya. Por eso hay que fomentar más la lectura y la educación.

- ¿Recomienda ver esta obra al presidente del Gobierno y a los independentistas catalanes?

-Claro. Y al cardenal Rouco Varela y a todos aquellos que viven con las puertas cerradas y las viseras puestas.

- ¿Le alegra la bajada al 10% del IVA del teatro?

-Es una mentira o una media verdad. Los trabajadores siguen sufriendo. Habían subido el IVA al 21% cuando estaba al 8 y ahora lo han bajado al 10, por lo que sigue estando dos puntos más alto. Además, sólo se refiere al precio de las entradas, no a la facturación que conllevan las artes escénicas. Si yo como empresario hago un decorado para el teatro sigo pagando el 21% de IVA. Igual que debo pagar el 21% a los actores autónomos, por ejemplo. Estoy seguro de que habrá un público que piense que el precio de las entradas ahora va a disminuir, pero se equivoca. Los teatros hicieron el enorme esfuerzo de no subir el precio pese al 21% de IVA, así que el importe de los tiques no puede bajar más.

- Le iba a preguntar por el estado actual del teatro hecho en España, pero creo que ya sé la respuesta.

-Lo veo negro. El presupuesto de este año para el teatro es inferior. Tengo la sensación de que el Gobierno aborrece el teatro porque cree que a la mayoría no le interesa. Así que es mejor hablar de fútbol u otra cosa. La prueba está en las campañas electorales. Nunca hablan de cultura.

- ¿Los políticos van al teatro?

-Poquísimos. En Francia he hecho más de cincuenta obras de teatro y los miembros del Gobierno sólo faltaron a dos o tres. El presidente de la República suele ir, pero nunca he visto a Rajoy en una función mía aquí. El teatro en Francia, a pesar de la crisis que atraviesa el país, forma parte de la cultura más respetada y protegida. En España, no.

- ¿Alguna vez ha visto a un presidente del Gobierno en el patio de butacas?

-Déjeme pensar... Una vez cuando representé "Arte" vino Aznar. Los miembros del equipo de Gobierno de la primera etapa de Felipe González iban bastante. Sobre todo Alfonso Guerra, que lo sigue haciendo. Cuando estoy de gira por España a veces veo a consejeros y concejales de Cultura. Y en Barcelona, en la época del teatro Poliorama, el presidente de la Generalitat y los consejeros iban siempre.

- "Serlo o no" sólo tiene dos actores. Ésa parece ser la tónica actual. Pocos personajes y escenografías sencillas. ¿Es por la escasez económica?

-Claro. Como productor privado no puedo pensar en hacer una obra de diez o quince actores porque no podría. Sólo puedo hacerlo si convenzo a un teatro público para que me contrate para dirigir y actuar. De hecho, muchos textos se quedan en los cajones porque no es posible representarlos. Yo escojo textos que me emocionan y enriquecen, pero tengo amigos que son productores independientes que no pueden montar proyectos porque con el 21% de IVA deben conformarse con un máximo de tres actores y un decorado minimalista.

- ¿Falta presencia de teatro extranjero en España, y viceversa?

-Sí, es necesario realizar más intercambios culturales con teatro inglés, americano, alemán o italiano. Eso es cultura.

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