Los vecinos de las calles cercanas al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Teatinos, La Corredoria o Prado de la Vega, patrullan a pie la zona tras conocer la muerte de una perrita de cuatro años por envenenamiento en plena calle el domingo pasado. No es que esperen pillar con las manos en la masa a un desalmado que va dejando por los rincones Babosil (un producto para matar babosas y caracoles), pero al menos la unión hace la fuerza y juntos se fijan si hay restos de veneno distribuidos estratégicamente. Hay dos teorías sobre el origen de esta sustancia que corren estos días por el barrio como la pólvora. O bien se trata de un acto vandálico o bien es un despiste de operarios encargados de mantener en buen estado las calles y zonas verdes. El dueño del animal envenenado no ha presentado denuncia formal ante la Policía Local o Nacional y prefiere indagar por cuenta propia las causas del fallecimiento de su mascota, "Luna".