Camilo José Cela Conde no disculpa a su padre. Ayer en Oviedo, al término de la conferencia que sobre su escritura dio en la Cátedra Emilio Alarcos, el hijo del Nobel, también Premio Príncipe de Asturias de las Letras, atribuyó las manifestaciones que en su día hizo sobre la Virgen de Covadonga y por las que fue declarado persona non grata en Cangas de Onís al personaje que el escritor construyó a lo largo de su vida. Su afán, según Cela Conde, era causar "la mayor perplejidad y aprovechar cualquier motivo de escándalo". La máxima de su padre, explicó, era la de los artistas románticos y decadentes franceses, "épater les bourgeois", y asume la parte de culpa que le toca. "Dicen que hasta cuatro generaciones pagan por los pecados de un hombre, así que cuatro generaciones de Cela penarán por lo que mi padre dijo de la Santina", se conformó.

El pasado mes de marzo el Ayuntamiento de Cangas de Onís se planteaba la posibilidad de retirar el "no grato" a Camilo José Cela Trulock. Transcurridos 15 años de su muerte y 34 de la publicación en la revista "Los Cuadernos del Norte" de la exclamación que le valió aquel título -"Si la Virgen de Covadonga es pequeñina y galana, que se joda"- se descartó y el escritor sigue vetado en el concejo.

Cela Conde tiene asumida la faceta más controvertida de su padre, al que, según contó, él prefiere evocar como "el vagabundo amable" que escribió "Viaje a la Alcarria" que como el autor laureado y con título nobiliario. "Es un error acercarse a él por las últimas novelas que escribió", opinó, aunque admitió que "hay un Cela a la medida de cada uno" y que ninguna de sus obras es desechable.

El hijo, ayer, habló del padre como de "un autor prolífico, incansable en la búsqueda de nuevas fórmulas narrativas", autor de "libros que le estrujan a uno el alma". Hizo pocas referencias personales. Una de ellas, ya en el turno de preguntas que se abrió tras la conferencia y durante el que alguien se interesó sobre cómo es vivir bajo la sombra del genio. Cela Conde empezó negándose cualquier "talento escondido" y admitiendo ser "un idiota" por haber tenido la osadía de publicar dos novelas siendo quien es. Luego contó cómo cuando en 1985 entregó a su padre un ejemplar de su primer libro, de temática científica, "De genes, dioses y tiranos", "leyó el primer párrafo y me lo devolvió, diciendo: 'Está en alemán". De ese modo, el Nobel daba a entender a su único hijo lo que pensaba de su capacidad narrativa.

En esa parte final del acto de la Cátedra Alarcos, que ayer se celebró en el Paraninfo de la Universidad en lugar del Aula Magna, Cela Conde dejó caer algunas de sus reflexiones más interesantes. "Si ustedes creen que para ser un excelso autor además hay que ser una buena persona están equivocados", dijo, y añadió que "estamos tan acostumbrados a las palabras que no nos damos cuenta del poder que tiene el lenguaje, que es un milagro".

Camilo José Cela Conde recuerda haber nacido y crecido con "La familia de Pascual Duarte", la obra más valiente de su padre en muchos aspectos. Lo era tanto en la época de su publicación que, según contó, "Pío Baroja se negó a prologar el libro porque decía que ir a la cárcel era cosa de jóvenes" y si la editorial Aldecoa la editó fue porque el joven heredero del negocio quiso hacerle una jugarreta a su padre.

La conferencia de ayer congregó a muchas personalidades de la ciudad. La directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo; el ex alcalde de Oviedo Antonio Masip; el canónigo de la Catedral, Agustín Hevia Ballina se sentaron entre el público. Éste último tomó la palabra al final de acto y se declaró un "aficionado imperfecto lector de su padre" y un incondicional de "La familia de Pascual Duarte" y "La colmena".

Antes de iniciar su intervención, Cela Conde reconoció los méritos de Emilio Alarcos Llorach, que da nombre a la cátedra de la Universidad de Oviedo en la que intervenía. Dijo de él que fue "un intelectual lleno de fuerza, que jamás eludió ningún combate" y que "dedicó su vida a luchar por las palabras".

Ayer Camilo José Cela Conde habló sobre el oficio de escritor de su padre, sobre "el taller del escritor" que es también, según dijo, "su cueva". Hoy, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA y esta vez invitado por la asociación cultural Tribuna Ciudadana, se recreará en sus aspectos más personales. "La mirada del lobo", el título que ha dado a su conferencia, comenzará a las ocho de la tarde.