"El objetivo último del giro derviche es glorificar al Señor, pidiéndole que nos abrace como un niño hace con su madre". Así lo explicó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el maestro sufí Shaykh Ahmad Dede, quien opina que el giro sufí es la expresión de la interioridad más sutil del ser humano.

Ahmad Dede, maestro de giro Mevlevi y Naqshbandi, estuvo acompañado por su mujer, Amina, y por Fernando Villa, presidente de la Asociación Alcordanza, quien destacó las virtudes espirituales del maestro, de origen malasio, que tiene discípulos por todo el mundo.

Mientras Ahmad Dede hablaba al público, Aisha y Fátima, dos mujeres giróvagas, danzaban de forma acompasada acompañadas por la guitarra de Yasin.

El acto, organizado en colaboración con la Asociación Alcordanza, ofreció a los asistentes la oportunidad de conocer la filosofía sufí, que aboga por buscar a Dios "desde el Espíritu Santo que cada persona lleva dentro", según señaló Villa. "La Tierra gira y en nuestro corazón hay un giro continuo las veinticuatro horas", indicó el maestro.

Shaykh Ahmad Dede viaja por todo el mundo con la orden de Mawlana Sheij Nazim. A su modo de ver, el giro derviche "es un ejercicio puro de entrega y generosidad: "La música y la danza sintonizan nuestro corazón con las esferas más elevadas".