Las aguas vuelven a bajar revueltas entre los socios del gobierno tripartito de Oviedo, que una vez más utilizan la Junta de Gobierno para sacar a relucir sus principales diferencias. La concejala de Infraestructuras y Servicios Básicos, la socialista Ana Rivas, aprovechó la reunión de ayer del órgano colegiado para plantarse ante el bloqueo que, denunció, sufre por parte del edil de Economía, Rubén Rosón, un plan de mantenimiento de las bocas de agua e hidrantes de la ciudad que su área trata de llevar a cabo desde febrero.
A pesar de que Rosón estuvo ausente de la sesión, Rivas quiso dejar constancia de su reclamación para que Economía desbloquee el contrato que permita poner en marcha este plan de mantenimiento de los hidrantes, pendiente, según habría manifestado en el órgano colegiado, del visto bueno del concejal de Somos como máximo responsable de Economía.
La concejala socialista llegó a pedir formalmente que constase en acta su reclamación y que rechazaba toda responsabilidad que pudiera derivarse del mantenimiento de los hidrantes en tanto los trabajos de mantenimiento sigan bloqueados. El hecho de que la edil socialista reclamase hacer constar en acta su malestar, se debe, según fuentes municipales, a que Rivas habría pedido hasta en dos ocasiones de forma verbal que se reactivara la aprobación del contrato desde que lo trasladó a la concejalía de Economía hace tres meses, sin obtener ningún resultado.
Con la asuencia de Rosón en la Junta de Gobierno de Ayer, la primera teniente de Alcaldía, Ana Taboada, replicó a las peticiones de Ana Rivas echándole en cara que no atendiera unas consultas recibidas en Transparencia sobre el estado de los hidrantes y denegara trasladar esta información.
Más allá del encontronazo en la Junta del Gobierno, fuentes municipales indican que bajo el bloqueo del área de Rosón al contrato de mantenimiento de los hidrantes que reclama Ana Rivas subyace una discrepancia entre los dos grupos municipales, Somos y PSOE, respecto a la concesión municipal del agua. Mientras que Somos considera que el mantenimiento de las bocas de agua debe ser asumido por la empresa Aqualia, encargada del servicio, con parte de esas obligaciones contraídas por contrato, los socialistas creen que la mejor manera de garantizar un buen mantenimiento de los hidrantes es a través de un nuevo contrato con otra compañía.
Al margen de esta discrepancia en torno a la contrata del agua, lo que ayer se evidenció también fue la tensión que genera un asunto como el de los hidrantes, elemento crucial en el desarrollo del trágico incendio de Uría del año pasado. "Es un tema en el que Rivas lleva tiempo trabajando y se encuentra con la espalda descubierta", indican algunos compañeros que reconocen el nerviosismo existente en el gobierno respecto a las responsabilidades derivadas de deficiencias en servicios e instalaciones municipales, también a raíz del informe sobre la seguridad en el Tartiere.
Por su parte, Izquierda Unida trató de poner mesura entre sus socios de gobierno, aunque posicionándose, en este caso, del lado de la edil socialista, pidiendo que se solucionara la disputa "de la manera más urgente posible", a poder ser, activando la contratación del plan elaborado por Rivas para garantizar el buen estado de los hidrantes de la ciudad.
