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"Nos han dicho que tiran a dar", asegura la víctima de la pedrada de Ciudad Naranco

El hombre presenta una denuncia "para que se investiguen los hechos y que no le ocurra a nadie más lo que me pasó a mí"

La zona en la que se registraron los hechos. En el recuadro, la sangre y la piedra que impactó contra la víctima. LNE

El hombre que recibió una pedrada en la cabeza el jueves de la semana pasada mientras paseaba por Ciudad Naranco se había mantenido hasta ahora en el anonimato, pero ayer acudió a la comisaría de la Policía Nacional para formalizar una denuncia por lo ocurrido. El afectado lo había "dejado correr" al considerar que el piedrazo había sido "una chiquillada" y que el niño de trece años que confesó haberle abierto una brecha en la frente con un "regodón" no lo había hecho aposta. Pero el testimonio de varios vecinos del barrio y la versión de los hechos que le ha llegado a la familia, por parte de otros jóvenes que conocen al autor y a los amigos que en ese momento estaban con él, le ha hecho cambiar de opinión. El afectado accedió ayer a contarle sus razones en exclusiva a LA NUEVA ESPAÑA, aunque pide omitir datos que puedan desvelar su identidad.

En Ciudad Naranco está corrido que no era la primera vez que el grupo de adolescentes en el que se encontraba el autor confeso de la pedrada -el día de los hechos estaba con otros cuatro jóvenes- causaban "daños" en el barrio. "Nos han dicho que tiran a dar. Si eso es cierto no se puede permitir y por eso he denunciado, para que se investigue y que no le ocurra a nadie más lo que me ha pasado a mí", explica el hombre.

No obstante, el afectado quiere ser prudente. "Le he dicho a la Policía que yo no vi absolutamente nada. Tampoco tengo ni idea si es verdad lo que nos han dicho y no se me ocurriría acusar a nadie sin tener motivos. No sé quién fue ni por qué lo hizo, si digo lo contrario mentiría, pero sólo quiero que se investigue lo ocurrido y que se revisen las cámaras de seguridad que hay en la zona. Si ha sido un juego de niños aceptaré las disculpas del chaval y aquí no ha pasado nada", explica el hombre, que aún tiene los puntos que le pusieron en el centro de salud del barrio para cerrar la herida.

Y es que el niño que lanzó la piedra asegura que está "totalmente arrepentido", que fue sin querer y que está ansioso por ponerse en contacto con el afectado "para pedirle mil perdones y saber cómo se encuentra". El menor afirma que no fue aposta, que se encontraba jugando "a puntería" con sus amigos y que se le fue la mano. El niño les dijo a sus padres que su pandilla suele pasar por esa zona del barrio -el entorno del ascensor colocado para salvar el desnivel de la calle Fernández de Oviedo- y que no era la primera vez que cogían piedras para hacer diana con ellas en diferentes objetivos. Ese día, según la versión del menor, todos sus amigos habían participado en el juego, pero él tuvo "la mala suerte" de ser el que golpeó al hombre que pasaba por la calle en aquel momento. "Él asegura que quería meter la piedra en una papelera", explicó su madre a este diario. El joven también acudió el martes a la comisaría para reconocer la autoría y para facilitar sus datos con el fin de estar localizable si se presentaba denuncia por parte del herido. Ahora que ese hecho es una realidad, según fuentes consultadas por este periódico, la Fiscalía de Menores podría abrir una investigación al respecto.

"No me lo esperaba"

Los hechos ocurrieron el jueves de la semana pasada, alrededor de las dos y media de la tarde. El hombre se dirigía a la casa de un familiar por la calle Montes del Sueve y estaba a punto de ascender la cuesta que sube hacia el colegio Santa María del Naranco. Cuando estaba en el punto en que la calle se cruza con Fernández de Oviedo -en la zona donde se encuentra el ascensor- la piedra apareció de repente desde lo alto de la calle y le impactó en la frente abriéndole una brecha a escasos centímetros del ojo. "No me lo esperaba. El golpe me dejó aturdido y empecé a sangrar mucho. Vino una vecina y me prestó un pañuelo para tapar la hemorragia, pero me sentía mareado. Al final pude reponerme y fui al centro de salud para que me curasen y me fui a mi casa sin hacer nada hasta hoy (por ayer)", relata la víctima.

El hombre se encuentra bien, sólo espera a que le quiten los puntos y a "estar tranquilo", aunque también espera que los hechos no queden impunes si se demuestra que no fue un juego de niños.

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