La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Así es mi cole

El Novo Mier protege la playa de Bayas

Los alumnos del centro ovetense se desplazan a Castrillón para recoger los residuos del arenal y construir con ellos un "guardián" para la compostadora que tienen en el colegio

Parte de los residuos recogidos en el playón de Bayas. LOIS RIAL

En las clases del colegio Lorenzo Novo Mier siempre hay espacio para fomentar que los niños cuiden el medio ambiente. Pero el centro, además, predica con el ejemplo. Cuenta con un exhaustivo programa de reciclaje y una compostadora propia que sirve para convertir los residuos orgánicos en abono. Y las familias del colegio, situado en el barrio ovetense del Milán, han dado un paso más. Se han desplazado al playón de Bayas, en Castrillón, para limpiar el arenal. Una actividad para la que pidieron permiso al ayuntamiento del municipio que no solo se lo concedió sino que, agradecido, declaró de interés público sus trabajos: cincuenta personas del Novo Mier retiraron la basura de la playa. Una tarea en la que los alumnos se mostraron totalmente implicados. "Pensábamos que se iban a cansar y distraer a los diez minutos pero no pararon hasta la hora de la comida", señala Patricia García, presidenta de la AMPA.

El grupo del Novo Mier llegó al arenal en torno a las diez de la mañana del pasado sábado y se puso manos a la obra. Niños y adultos se calzaron los guantes y los chalecos reflectantes y comenzaron a recoger toda la basura que se encontraron. Antes ,a modo de preparación, recibieron una pequeña conferencia, impartida por uno de los padres, José Sánchez, que trabaja en una empresa de servicios de gestión medioambiental. Se trataba de que los niños tuviesen conocimientos teóricos sobre la importancia de cuidar la naturaleza.

El ayuntamiento de Castrillón no fue la única institución a la que el Novo Mier involucró en la limpieza de Bayas, que cuenta con un amplio arenal de más de tres kilómetros y recibe los arrastres del río Nalón. El centro se puso en contacto con Cogersa, con la que tiene un contacto fluido, y la empresa encargada de la gestión de los residuos en Asturias les proporcionó guantes, chalecos y gorras. Equipados y concienciados, comenzaron a recoger botellas, ruedas y basura de todo tipo. Lo que "más llamó la atención de los críos", cuenta Patricia García, fue la gran cantidad de bastoncillos para los oídos que encontraron frente al mar: "Recogimos una bolsa entera".

Y aunque el tiempo no fue del todo clemente, porque " a ratos llovía", la jornada fue muy productiva. "Retiramos bastantes plásticos y envases y lo guardamos todo en bolsas", resalta la alumna Sara Álvarez, de 11 años. Lo "más extraño" que se encontró en una jornada en la que se lo pasó "muy bien" fueron "unas medias", cuenta la pequeña, extrañada. "Hemos estado quitando basura", comenta su compañera Olaya Casado, que tiene su misma edad y se divirtió tanto como ella. La charla que recibió antes de comenzar a limpiar la playa caló hondo en la estudiante de 5º de Primaria, que señala la importancia de no lanzar plásticos al agua para que los animales marinos no se queden atrapados. "Hay que tener mucho cuidado con lo que tiramos por el retrete", advierte la alumna del Lorenzo Novo Mier.

Pero las familias del centro ovetense no solo se dedicaron a limpiar la playa. También hicieron promoción de la causa y reclutaron a dos personas que se encontraban en la zona y que decidieron unirse a la tarea. Con su ayuda, recogieron 44 bolsas de basura. 31 fueron directamente a los contenedores que están colocados junto al arenal y padres y alumnos tienen grandes planes para el resto. Antes de tirar los residuos los extendieron en el suelo para seleccionar aquellas piezas que consideraron necesarias para alargar el proyecto ecológico. "Vamos a hacer una escultura, una especie de guardián, para colocar junto a nuestra compostadora", explica la presidenta de la AMPA. El colegio, de hecho, es pionero en el compostaje comunitario. Fue el tercer centro de Asturias -tras uno en Puerto de Vega y otro en Blimea- y el primero de una gran ciudad regional en albergar una compostadora en las instalaciones escolares. El equipo docente, las familias y los alumnos se encargan de gestionarla, con el apoyo y la supervisión de Cogersa, desde el mes de marzo del año pasado.

A la compostadora van a parar los residuos orgánicos que se generan en el colegio, a la hora del almuerzo, por ejemplo, lo que sirve también para fomentar hábitos ecológicos entre el alumnado. Tras meses de reciclaje, los alumnos del Lorenzo Novo Mier y sus padres obtuvieron a principios del pasado mes de marzo los primeros 125 litros de un fertilizante cuya calidad fue alabada por los técnicos de Cogersa.

En la obtención del compost participan 19 familias, que llevan los restos que generan en su casa al centro de reciclaje escolar, que ellos mismos se encargan de mantener. El fertilizante sirve después para abonar las plantas del colegio y los hogares de los niños que estudian en él. Para hacerle compañía a la compostadora construirán ahora un muñeco fabricado con la basura. Simbolizará la diversión y el esfuerzo de la jornada que el colegio compartió en familia en la playa de Bayas, la primera del concejo de Castrillón en permitir mascotas en el arenal. Darán, además, una segunda vida a la basura que otros tiraron al mar, demostrando una vez más, que el reciclaje da sus frutos. Tras la recogida de basura y el almuerzo de grupo sobre el terreno, los chicos ocuparon la playa para divertirse con distintos juegos como el voleibol.

Completaron de este modo una jornada de mimos ecológicos a orillas del mar con la que disfrutaron los cincuenta miembros de la patrulla del Novo Mier. Una actividad que agradecieron Cogersa, el Ayuntamiento de Castrillón y, sobre todo, el medio ambiente y la fauna de la playa.

Compartir el artículo

stats