"Su tono fue chulesco y agresivo". Ante el juez, un agente de la Policía Local de Oviedo definió ayer así la actitud de Saúl R. P., al resultar detenido, hace diez días, tras la vertiginosa huida que protagonizó a más 200 por hora entre Oviedo y Corvera a lo largo de la autopista "Y". El fugitivo, que debía sentarse ayer en el banquillo, dio plantón al juez.

El acusado, para el que se pide un año de cárcel, ya había mostrado el viernes antes de su primera visita al Juzgado de guardia sus intenciones. "De aquí al jueves a saber dónde estaré", dijo tras conocer que la falta de acuerdo entre las partes aplazaba hasta el fallo del magistrado un ingreso en prisión que, salvo que se le conceda la libre absolución, será inminente por sus numerosos antecedentes.

La letrada del turno de oficio Amparo Morán dijo desconocer si su cliente, que dio positivo por alcohol y sustancias psicotrópicas tras ser detenido, tenía pensado acudir al juicio, mientras aguardaba por él a la puerta del Juzgado. Las dudas se disiparon al comenzar la vista con la única participación de cuatro policías locales como testigos. "Dijo que no podía entregar las llaves porque luego el coche no arrancaba", apuntó el agente que trató de convencerle de parar el motor antes de que se diera a la fuga. Otro de los policías destacó sus cambios de humor. "Alternaba picos de ansiedad y agresividad con momentos de depresión". Tras las declaraciones, el fiscal mantuvo su petición de un año de cárcel por un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria y la defensa se mantuvo firme en pedir la libre absolución.