Comprensible y satisfecho por haber cumplido su parte. Así se mostró ayer el alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, tras ser preguntado por la negativa del Arzobispado y el Cabildo de la Catedral de Oviedo de participar este jueves en la clásica celebración conjunta entre autoridades eclesiásticas y municipales de las fresas del Corpus. Un plantón que ayer fue adelantado por LA NUEVA ESPAÑA y cuyo motivo achacó al hecho de que el deán de la Catedral, Benito Gallego, se encuentra fuera de la ciudad y no puede asistir al acto.

El primer edil ovetense recordó que la degustación de las fresas del Corpus es una tradición que desde años busca manifestar "la buena vecindad" entre ambas instituciones y revindicó que el equipo de gobierno puso todo de su parte para que este año no fuese una excepción. "Nos correspondía invitar y lo hemos hecho", indicó para luego tratar de justificar la cancelación de la cita. "Han tenido dificultades para aceptar la invitación porque el deán está de viaje", apuntó un López, que dio por buenas las excusas de los religiosos para cancelar el acto, descartando que la suspensión se debiese a un supuesto malestar provocado por el adelanto de la cita al jueves, día de la festividad, en detrimento del domingo, que era el día elegido otros años.

El máximo representante municipal descartó que este episodio deteriore la relación entre ambas instituciones. "No creo que eso ocurra y como Alcalde estoy obligado a contribuir a que las relaciones sean buenas", sostuvo al mismo tiempo que se mostró abierto a participar en futuros encuentros. "La próxima vez les toca a ellos invitar", dijo sobre la también tradicional celebración del caldo de domingo de Ramos, que este año la Iglesia declinó organizar, aduciendo que no disponía de un espacio adecuado de cara a una celebración para la que el Conistorio no facilitó el año pasado la plaza de Trascorrales, como era habitual durante la etapa del PP en el gobierno.