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Un campo de minas en el HUCA

"Para ir a fumar hay que hacer malabarismos", critican varios usuarios del centro, hartos de tropezones y salpicaduras por las baldosas sueltas

Varias baldosas sueltas, cubiertas por un pivote frente a la entrada de Consultas del HUCA. L. B.

"Igual es una nueva medida para que dejemos de fumar". Así, con gran sentido del humor, se explica Noelia Nieto que cada vez sean más las baldosas sueltas a la entrada del área de consultas externas del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Esta usuaria es un ejemplo de muchos de los que en el trayecto para buscar un lugar alejado en el que echarse un cigarrillo se topan con un camino de obstáculos en los que los tropezones y las salpicaduras son habituales.

A pesar de que las instalaciones sanitarias cuentan con tres años de antigüedad recién cumplidos, es más que habitual encontrarse baldosas y adoquines sueltos. La zona de Consultas Externas, donde se concentra el mayor tránsito de personas, especialmente en horario de mañanas, es una de las más castigadas por este prematuro deterioro que salta a la vista. "Si me pongo a contar igual sale algún ciento de baldosas sueltas", explica Juan Manuel López, que asegura haberse llevado algún susto en sus habituales escapadas al entorno de la capilla de La Cadellada. "No sobraba también que la arreglasen porque es muy guapa", aprovecha para reivindicar el ovetense.

Los trabajadores encargados del mantenimiento del hospital no son ni mucho menos ajenos al problema. Prueba de ello es que saltan a la vista los intentos por señalizar las zonas más conflictivas y que están pendientes de reparación. Claro ejemplo es la colocación de un pivote de plástico a escasos metros de la entrada de Consultas Externas para señalizar una serie de cuatro baldosas sueltas. Medida a la que hay que sumar las marcas con cinta rayada de otras zonas afectadas. "A este paso no van a tener cinta bastante", afirma con sorna el propio López, que también sugiere más contrataciones.

La situación provoca especialmente las quejas de los fumadores, los cuáles consideran que se hacen más esfuerzos por vigilarles que por mantener el hospital en condiciones. "Mucho gastar dinero en pintar señales de que no se puede fumar y luego tenemos el suelo de esta guisa", comenta una Nieto que debido a sus frecuentes visitas al HUCA admite estar planteándose la posibilidad de dejar de fumar. "El hecho de tener que caminar tanto y hacerlo por un suelo tan malo te da motivos para hacerlo", sostiene en un claro tono irónico.

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