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MARÍA GONZÁLEZ ALFARO | Soprano y empresaria

"Empecé a tomarme en serio la ópera cuando acabé la carrera de Filosofía"

"Me daba pavor todo ese ambiente del artisteo, pero siempre he - tenido una familia que me apoya y me anima, así que sigo adelante"

La soprano María González Alfaro lleva la música en los genes y aunque descubrió (o más bien, se tomó en serio) esa vocación un poco tarde, ahora se encuentra volcada en su carrera de soprano. En septiembre debutará en el Ateneo de Madrid y haciendo gala de su carácter perfeccionista se prepara para que todo vaya sobre ruedas.

Avilesina de nacimiento y ovetense de adopción. "Nací en Avilés porque mis padres son de allí pero desde que era un bebé vivo en Oviedo, esta es mi ciudad. Con Avilés perdí casi toda la vinculación. Allí me queda muy poca familia. La verdad es que me siento plenamente ovetense".

Los inicios en el coro de la Fundación. "Estudié en el colegio L'Ecole y allí estuve hasta que empecé la carrera. Con ocho años entré en el coro infantil de la Fundación Princesa de Asturias (entonces Príncipe de Asturias). En realidad buscaban voces masculinas pero mi padre que siempre fue un melómano, se decidió a llevarme igual. Cuando me escucharon le dijeron que tenía buenas condiciones para el canto y le aconsejaron que me llevase al Conservatorio y de que alguna manera me educase la voz. Pronto empecé a hacer solos y cuando ya tuve catorce años me empece a dar cuenta de que la música, y especialmente la ópera, no era sólo una afición, me gustaba de verdad".

Las primeras clases de solfeo y de canto. "Empecé a tomar alguna clase particular de solfeo y a los 18 años entre en el conservatorio. La verdad es que fui un poco tardía. Hice lo contrario a lo que suele hacer la gente que es empezar a estudiar música de pequeños y dejarlo cuando empiezan a la Universidad. Es más, hasta que no terminé la carrera de Filosofía no empecé a tomarme todo esto muy en serio, y eso que en mi familia estaban muy motivados, pero me daba terror, la vida del artisteo. Eso no me gustaba nada y es un mundo que sigue sin atraerme demasiado".

Licenciada en Filosofía. "Me decidí por la carrera de Filosofía por la excelente formación humanística que ofrece. Compaginaba los estudios con el conservatorio y con 19 años llegué a cantar una obra del compositor polaco Krzysztof Penderecki, en China, el que está considerado el mayor teatro del mundo. Todo surgió por unas audiciones que hicieron en el conservatorio para buscar jóvenes talentos. No era un papel muy grande pero a mi me vino genial. También canté varias veces en Alemania y en Madrid a la vez, hacía galas y conciertos en Oviedo. Recuerdo una obra que se estreno en el Filarmónica. Luego decidí probar que tal me iba en Alemania e Italia, pero no acabó de convencerme. En Alemania tienen muchos medios, pero no era la técnica que yo buscaba".

El duro camino hacia la excelencia vocal. "Si tuviera que definir mi estilo diría que me parezco a las sopranos antiguas. Mis ídolos son Lina Paghliughi, Rosanna Cartieri, Margherita Carosio y Bidu Sayao, entre otras. Se dice que no hay voces como las de antes y hasta cierto punto es verdad. Yo notaba que me faltaba soporte técnico para adquirir la técnica vocal en la que estoy interesada. Lo conseguí con el profesor Lucas Fonte D'Annunzio, mi maestro. Lo encontré de casualidad hace tres años y a él le debo todo lo logrado vocalmente. Me anima muchísimo y tiene mucha confianza porque sabe que el trabajo que estamos haciendo es muy complicado. Dejé compromisos que tenía apalabrados, en aras de lograr la técnica que me gusta. Me está costando mucho tiempo y dinero. Me voy a Madrid los fines de semana y es un sacrificio muy grande, pero merece la pena".

El valioso apoyo familiar. "Estoy casada con Aitor Álvarez Santirso, ovetense de Latores. Tanto mi marido como mis padres me apoyan mucho. Soy hija única y reconozco que siempre me han mimado. El miércoles cumplimos nuestro cuarto aniversario de boda. Cuando regresé de Alemania entré en una crisis personal y él fue quien me animó. Estoy donde estoy gracias a él".

Empresaria en el sector de la moda. "De lunes a viernes me ocupó de mi tienda de ropa de niños. El negocio, que surgió casi por casualidad, me da la oportunidad de organizar el tiempo a mi manera. La moda es un sector que siempre me gustó mucho. Estoy muy contenta".

Cambios en el ambiente musical de la ciudad. "Conservo la imagen de las noches de ópera de cuando era pequeña, ese ambiente ya no lo veo en Oviedo. Era especial. Pienso que sigue faltando apoyo para la gente joven que no es conocida. No veo ningún mérito en traer a los que ya están consagrados. Hay organizaciones que dicen que ayudan a la gente joven pero hasta que no tienes un nombre es muy difícil salir adelante. Por otra parte, Oviedo me encanta. El paseo que más me gusta es el que va del Ayuntamiento hasta la Catedral. Me casé en la iglesia de San Tirso, esa zona tiene un significado especial".

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