Para Nanclares, la construcción de una variante para alejar los coches de Santa María del Naranco y de San Miguel de Lillo es clave para la protección de los dos monumentos más visitados de Asturias y, también, para ordenar toda la zona. En este sentido, considera a la iniciativa como el "punto de partida" para poder desarrollar en este enclave las actuaciones que estaban previstas en el Plan del Prerrománico que firmó con Antón Capitel.

Por cierto, en ese documento de Capitel y Nanclares ya se ponía de manifiesto la necesidad de eliminar el tráfico en el entorno de la iglesia de Santullano, proponiendo para ello la reconversión del tramo final de la autopista en un bulevar o en una calle urbana. Lo único que se ha hecho hasta ahora es una reducción significativa de la velocidad máxima permitida en esa zona.

En la misma línea que Nanclares se pronuncia el arqueólogo César García de Castro. A su juicio, el desvío del tráfico es "muy importante" para "la conservación de los edificios y para la reordenación de su entorno". Es más, sostiene que la actuación prevista permitirá corregir que la cercanía de la carretera genere una "percepción muy negativa de Santa María del Naranco, ya que la deja hundida". En resumen, y a la espera de conocer con detalle el proyecto de la variante del Consistorio, García de Castro considera que se trata de una "noticia muy buena por la que se lleva esperando 25 o 30 años".

El historiador Javier Fernández Conde también hace votos porque el proyecto de protección de los monumentos del Naranco se convierta en realidad. A su juicio, es "fundamental y esencial" para ese entorno.