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El plan para proteger las joyas prerrománicas incluye el derribo de la antigua casa rectoral

El edificio sólo será "indultado" si la Iglesia, que lo quiso reconvertir en vivienda, le da usos vinculados a los monumentos

La antigua casa rectoral de Santa María del Naranco. IRMA COLLÍN

El vecindario, que ya había mostrado cierta inquietud al respecto, puede estar tranquilo. El proyecto para habilitar una gran zona verde y de ocio ciudadanoen los 300.000 metros cuadrados de superficie afectados por un plan que impulsa la Concejalía de Urbanismo y en el que también se incluye la ejecución de la variante del Prerrománico para alejar la actual carretera de Santa María del Naranco y de San Miguel de Lillo. El edil responsable del área, Ignacio Fernández del Páramo (Somos), asegura que la única construcción que está previsto tirar es la antigua casa rectoral, actualmente en ruinas. En todo caso, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) permitiría la rehabilitación del inmueble, propiedad de la Iglesia, siempre y cuando se destine a funciones relacionadas con los milenarios monumentos del entorno, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

"Los redactores del plan deberán estudiar si ese y otros elementos son compatibles con la protección, desarrollando funciones relacionadas con los monumentos. A día de hoy, es algo que no está contemplado y lo que nunca podría ser son los usos residenciales que planteaba la Iglesia para el inmueble", explica Fernández del Páramo sobre el futuro de la antigua rectoral.

El proyecto para este edificio, rechazado tanto por el Ayuntamiento como por el Principado, planteaba la demolición total del interior del inmueble, con el objetivo de reconvertirlo en una vivienda unifamiliar de unos 190 metros útiles, con cuatro baños, tres dormitorios y dos garajes, entre otros equipamientos. El inmueble se encuentra ubicado en la misma parcela que Santa María del Naranco, dentro del perímetro de protección de los monumentos, y se construyó por la necesidad de eliminar la casa del párroco y la cuadra que estaban adosadas a la "joya" prerrománica. Según un informe de la Consejería de Cultura del Principado, una rehabilitación ajena a los criterios de conservación resulta inviable, ya que supondría un incumplimiento de la actual Ley de Patrimonio Cultural y porque la casa está en un área de suelo no urbanizable, cuyo objeto es "la obtención de zonas verdes para contribuir a una extensa banda de protección entre la ciudad y las laderas del monte".

La cuestión no es menor. El mismo informe del Consejo de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias recuerda que tanto Santa María del Naranco como San Miguel de Lillo forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO y que su comité evalúa cada cinco años la presión urbanística que sufren los monumentos que integran esa lista. "Una alteración en el entorno de estos dos bienes que ese comité considere grave podría derivar en la exclusión de los mismos de esa categoría", advierten los técnicos de la Administración regional.

Los especialistas subrayan en el informe firmado en marzo que el destino del inmueble debería ser el derribo, para cumplir con la Ley de Patrimonio.

La intención del tripartito es sacar a licitación en breve la redacción del plan especial del entorno de los monumentos, para acometer el año que viene las primeras expropiaciones.

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