El Plan Director del Naranco diseñado a principios de la década de los noventa del pasado siglo por Ramón Fernández-Rañada plantea la necesidad de reforestar el Naranco con especies autóctonas de alto valor que se adapten bien al entorno y que sustituyan al eucalipto. En aquel documento ya se plantean varias especies leñosas adecuadas para el monte ovetense, entre ellas robles, rebollos, avellanos, texos, nogales o fresnos.
Fernández-Rañada considera que la reforestación sigue siendo necesaria actualmente en el Naranco y que debe incluirse en los planes municipales para habilitar un gran espacio verde en el entorno de los monumentos prerrománicos. A su juicio, se trata de acabar con la preponderancia del eucalito, un arbol que, pese a haber sido plantado, no está preparado para este tipo de espacios.
La incorporación de especies arbóreas autóctonas figura en el plan para la parte baja y media del Naranco que impulsa la concejalía de Urbanismo, a cuyo frente está Ignacio Fernández del Páramo (Somos). La superficie concernida alcanza los 300.000 metros cuadrados. La intención del tripartito es que la Administración regional participe económicamente, haciéndose cargo de parte del coste de las expropiaciones de terreno. No se prevén más derribos que el de la antigua rectoral.
