Continúan los robos de verano por toda la ciudad. Después de los tres casos de "bumping" registrados en la zona del Cristo durante los últimos días, vecinos de los barrios de la Argañosa y Ciudad Naranco alertaron ayer de cuatro nuevos asaltos a viviendas. Los hechos se sumarían, además, al intento de forzar la cerradura en una de las casas de la calle Carlos Asensio Bretones, ubicada en el perímetro del barrio de Santo Domingo.

Aunque fuentes del Colegio de Administradores de Fincas afirman que los inquilinos de las viviendas afectadas tramitaron las correspondientes denuncias, la Policía Nacional niega tener constancia de más sucesos similares a los que acontecieron, este fin de semana, en las plazas de Teodoro López-Cuesta y la Paz (el Cristo).

Asimismo, según los vecinos, se han detectado nuevamente varios edificios antiguos -de entre cuarenta y cincuenta años- marcados con testigos de plástico en las inmediaciones del Cristo y las torres de Buenavista.

Este mecanismo consiste en una tira transparente, apenas superior al tamaño de una uña, que los cacos colocan en los cantos de las puertas para detectar aquellas casas que se encuentran habitadas. Generalmente, si durante su primera visita no oyen ruidos en la casa, pegan los plásticos y esperan hasta el día siguiente para revisar si han caído. Los ladrones suelen elegir aquellas plantas que parecen hallarse vacías. Así, acceden a cada una de ellas y proceden al registro del domicilio en busca de objetos de valor y dinero. No obstante, las autoridades están registrando la presencia de estas marcas identificativas, y en la mayoría de los casos todo queda en un susto.

Las bandas especializadas en asaltos suelen seleccionar aquellas viviendas que todavía conservan las cerraduras instaladas por la promotora con llave multipunto. Este tipo de cerraduras, disponibles en gran cantidad de hogares, resultan ineficaces a la hora de frenar asaltos como los que se han perpetrado, durante el último año, en diferentes puntos de Oviedo.

Mediante el sistema del "bumping", una sofisticada técnica que consiste en forzar la cerradura sin dejar huellas y que trae de cabeza a las fuerzas y cuerpos de seguridad, los ladrones no sólo acceden a la vivienda, sino que también son capaces de cerrar la puerta desde fuera con varias vueltas de llave. Por eso, en caso de observar los testigos, conviene llamar a las autoridades lo antes posible, para que monten un dispositivo de vigilancia y detengan a los autores en su segunda visita. Entre los consejos que difunde la Policía Nacional para evitar robos, se incluye disponer de una cerradura especial anti "bumping", además de no dejar objetos de valor ni dinero o, al menos, guardarlo en un lugar seguro.