"Quiero pedir disculpas a todos los que haya ofendido, a las víctimas del terrorismo y a la familia de Miguel Ángel Blanco". El móvil de Pelayo Serantes, de 26 años, no para de sonar desde hace dos días. El miércoles por la noche, ya de madrugada, posó para un selfie junto a una amiga, que subió la foto a su Facebook. En la imagen, los dos jóvenes se apuntan a la sien con el índice simulando el cañón de una pistola. De fondo, el balcón del Ayuntamiento de Oviedo con una pancarta de condena al asesinato del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, en el 20.º aniversario de su muerte. Y junto a la fotografía, un mensaje acompañado del emoticono de un revólver: "Saluda al cielo". La publicación estuvo colgada unos veinte minutos. Cuando eliminaron la imagen, que ya investiga la Fiscalía del Principado de Asturias para determinar si incurrieron en un delito de odio, era demasiado tarde. Ya había sido reproducida por internet y la red no perdonó la acción. Desde entonces Pelayo Serantes no ha dejado de recibir amenazas e insultos.

"No soy proetarra. Cometí la mayor estupidez de mi vida".

Pelayo Serantes y su amiga, a la que no ha sido posible localizar, habían quedado para tomar algo por el Antiguo. Caminaban de vuelta a casa tras despachar unas cañas, "algunas más de la cuenta", dice Pelayo, cuando se pararon frente al Ayuntamiento y sacaron el móvil. "Lo hicimos sin más, no pensamos en la repercusión ni en las consecuencias que podía traer".

Las reacciones fueron inmediatas y el torrente de críticas, amenazas e insultos les hizo reaccionar: "Le dije que borrase la foto de inmediato porque era una broma de muy mal gusto". Fue en ese momento cuando se dio cuenta que todo el país conmemoraba el movimiento de repulsa contra ETA que surgió hace dos décadas, después de que la banda terrorista matase a Miguel Ángel Blanco. "Apenas veo la tele", justifica.

Críticas del Ministro

El selfie no ha pasado desapercibido para el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, de visita ayer en Gijón, y que hoy parte a Bilbao, precisamente a un homenaje a Miguel Ángel Blanco. "Es una broma de pésimo gusto. Pido a la juventud que conozca a las víctimas del terrorismo y comprendan lo que pasó y así no harán esas bromas. No hay quien lo entienda, aunque haya sido sin maldad", dijo.

Ayer, Pelayo Serantes no levantaba cabeza: "Me están machacando, estoy sufriendo un acoso tremendo. He borrado mis perfiles en las redes sociales porque no aguantaba más". Asume las críticas y pide que su familia y amigos queden fuera de la polémica. "Por favor, que dejen a mi entorno fuera de todo esto, ellos no han hecho nada y no tienen culpa de mi idiotez". Los empleadores de Pelayo Serantes también están sufriendo la ira de la red. "Les están escribiendo y llamando por culpa de la foto". De ahí que extienda a sus jefes y compañeros de trabajo la misma petición que hace para su círculo más cercano. "Ellos tampoco tienen culpa de nada", dice, arrepentido del error de haberse tomado una fotografía que eliminó veinte minutos después y que lleva ya tres días persiguiéndole.