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Las dos vecinas de las Casas del Cuitu, que se niegan a marchar, frenan su reforma

"Estaremos aquí hasta nuestros últimos días", advierten las ancianas, a las que la Corporación Masaveu trató de realojar varias veces sin éxito

Aspecto que presentaban ayer las Casas del Cuitu. LUISMA MURIAS

El proyecto para reformar las Casas del Cuitu, el considerado por muchos como el mejor conjunto de viviendas de Oviedo, se ha topado con dos mujeres de avanzada edad como principal obstáculo. Y es que dos ancianas, de 93 y 88 años de edad, respectivamente, son las dos últimas inquilinas del inmueble de la calle Uría y la Corporación Masaveu es incapaz de convencerlas para que se realojen en otro lugar, tras intentarlo en varias ocasiones. Se trata de un paso imprescindible para que pueda recibir luz verde el proyecto de rehabilitación del edificio, que, de momento, únicamente tiene el visto bueno en una fase preliminar por parte del Ayuntamiento.

El grupo Masaveu adquirió hace quince años por nueve millones de euros este inmueble, ubicado entre los números 27 y 29 de la calle Uría e integrado por veinte viviendas, de unos 250 metros cuadrados cada una, y varios bajos que en su día tuvieron actividad comercial. En un primer momento, se solicitó declarar el inmueble en ruina, algo que fue rechazado por el Consistorio. Desde entonces, los esfuerzos de la compañía se volcaron en convencer a los inquilinos para abandonar las dependencias.

Las negociaciones particularizadas iniciadas por los Masaveu dieron sus frutos hasta el punto de que hace cinco años el edificio quedó prácticamente vacío. El matiz se debe a que dos mujeres, hermana e hija del que ya fuera usuario de una de las viviendas, se niegan en redondo a abandonar el piso al que su progenitor se trasladó a vivir hace más de 90 años, con un alquiler de cinco pesetas por jornada. "Estaremos aquí hasta el resto de nuestros días", advierten las veteranas vecinas, que ven en la asequible renta antigua, cuya cuantía se niegan a desvelar, el principal motivo para negarse a abandonar el que siempre ha sido su hogar.

Las mujeres tienen en las trabajadoras de la farmacia de la acera de enfrente su principal apoyo. Les sirven de interlocutoras a la hora de recibir visitas, pues admiten su desconfianza de que alguien se quiera aprovecharse de su situación vulnerable, agravada ahora por el ingreso de una de ellas en el HUCA.

Mientras tanto, el Ayuntamiento dice desconocer los obstáculos entre particulares que afectan al proyecto. No obstante, urge a que este desencuentro pueda llegar a buen puerto para garantizar el futuro de un inmueble finalizado en 1917 y obra del arquitecto Ulpiano Muñoz Zapata. Las necesidades de conservación hicieron que la empresa iniciara el pasado año los trámites del proyecto preliminar, que acaba de recibir luz verde. "Es un trámite importante, porque incluye el visto bueno de la Consejería de Cultura, que garantiza su protección", indica el concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo (Somos).

Ahora, queda que la empresa está en disposición de abordar los trabajos. Para ello, además de conseguir vaciar la vivienda que queda ocupada, precisa de una licencia de obra para la que el propio Consistorio asegura que todavía no se ha hecho entrega del proyecto. "Hasta entonces, no podemos darles el visto bueno definitivo", apunta Del Páramo, que descarta cualquier responsabilidad municipal en la parálisis.

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