Un boxer con las tripas fuera en mitad de la finca, cachorros encerrados en jaulas y perros con "infecciones" que conviven en una parcela con unos niveles de salubridad más que cuestionables. Esas "macabras" imágenes han llevado a un residente de San Claudio a presentarse en el cuartel de la Guardia Civil para dar cuenta de las actividades del responsable de un presunto "criadero ilegal" que funciona "desde hace tiempo" en el barrio de Cantulloso. "No se puede permitir lo que le están haciendo a esos animales", explica el denunciante, que prefiere mantenerse en el anonimato por temor a "posibles represalias". Según asegura, el supuesto criador vende cachorros de varias razas a un precio que oscila entre noventa y doscientos euros -según la raza- sin contar con la licencia pertinente.

La persona que dio la voz de alarma sostiene que los perros viven en la finca "en condiciones vergonzosas". El hombre ya se había percatado en otras ocasiones de que en la parcela de Cantulloso "había muchos cachorros de diferentes razas", pero el pasado lunes se acercó por allí a dar un paseo con su mascota y se quedó a cuadros. "Se veía todo perfectamente desde la calle. En mitad de la finca estaba el perro muerto y el resto ladraban como locos. Estaban solos, no había ninguna persona para atenderlos y uno de ellos tenía una infección en un ojo de tal volumen que se apreciaba desde lejos", asegura. El hombre lo grabó todo con su teléfono móvil.

Cuando llegó a su casa le contó lo ocurrido a un amigo, que se prestó "a darse una vuelta" por la zona. Según la versión del denunciante, el perro muerto ya no estaba al día siguiente, pero si había "una familia con niños mirando cachorros". Fuentes consultadas por este diario afirman que el supuesto dueño del negocio "se guarda las espaldas" y actúa con cautela a la hora de quedar con sus clientes para no ser sorprendido por la ley. "Vende los mastines a noventa euros y los pastores alemanes a doscientos. Además, yo mismo vi en la finca cachorros de beagle, doverman y boxes. De hecho el perro que estaba con las tripas fuera era una hembra de boxer", sostiene el denunciante. "Dice que es un gran amante de los animales, pero eso no es así porque en esa caso no los tendría en esas condiciones. Los perros están descuidados y para vender animales hay que someterse a controles estrictos", señala el hombre, que a raíz de los hechos decidió acudir al cuartel de la Guardia Civil de Oviedo para presentar formalmente una denuncia.

Acudió el miércoles al Rubín acompañado por otra persona de su entorno que también es conocedora "de lo que está pasando con los animales" en la citada finca de San Claudio. Al llegar al cuartel, según asegura, "nos dijeron que por las tardes no había nadie del Seprona -el Servicio de Protección de la Naturaleza- y que llamásemos al día siguiente por la mañana". Lo hicieron, pero no les sirvió de mucho. "Nos piden que presentemos una denuncia a título individual para que puedan actuar, pero no nos parece normal que tengamos que exponernos nosotros cuando es evidente que se está cometiendo una ilegalidad. Ni siquiera vieron los vídeos y las fotografías que les llevé para que comprueben que está ocurriendo algo serio", añade el denunciante.

A última hora de la tarde de ayer tenía previsto acudir a la Policía Nacional para tratar de encontrar ayuda. "Les voy a explicar lo que me pasó con la Guardia Civil para ver si ellos pueden hacer algo. Lo que está claro es que lo que está pasando no se puede consentir", subraya.