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Los cacos del "testigo de plástico" vuelven a actuar en dos pisos del centro y San Lázaro

"Entré y estaba todo patas arriba", relata una vecina de la calle Concepción Arenal a la que robaron joyas de una caja fuerte

La caja fuerte reventada por los ladrones en un piso de la calle Concepción Arenal. L. B.

Los tentáculos de las bandas de ladrones de los "testigos de plástico" se siguen extendiendo por toda la ciudad. Estos grupos itinerantes que desde comienzo de julio llevan atemorizando a los ovetenses con asaltos a viviendas y la colocación de cintas de plástico para fijar sus posibles objetivos actuaron nuevamentes estos días, con dos denuncias presentadas por robos en sendos pisos de la calle Concepción Arenal y la zona de San Lázaro. Estos sucesos que se suman a los registrados en otras zonas como El Cristo, Ciudad Naranco, la calle Los Avellanos del centro o Santo Domingo, entre otros.

Especialmente atemorizados se encuentran en la calle Concepción Arenal, antes Comandante Caballero, donde la vecina Consuelo García se encontró al mediodía una sorpresa cuando volvía de las vacaciones. "Entré, estaba todo patas arriba y sin tocar nada decidí llamar directamente a la Policía", explica la víctima, que ayer mismo acudió a la comisaría de Policía para interponer la denuncia, una vez cuantificado el botín que se llevaron los ladrones de su vivienda.

Después de más de cinco horas en las que los agentes de la Policía Judicial y Científica tomaron fotos, posibles pruebas y buscaron posibles huellas sin éxito, los agentes corroboraron que alrededor de 30 viviendas del edificio estaban marcadas con cintas de plástico. "Algunas tenían hasta tres marcas y estaban todas situadas a unos 30 centimetros del suelo, metidas entre la puerta y el marco", indica un vecino sorprendido por el pequeño tamaño de las marcas. "Para localizarlas precisaron de linterna y lupa", apunta sobre el proceder de los policías para localizar las cintas.

Ahora queda por comprobar si los ladrones asaltaron más casas como la de García, en la que no dejaron cajón sin revolver e incluso reventaron la caja fuerte. "Se llevaron las joyas y algo de de dinero, pero me extrañó que sacaron la cubertería de plata y finalmente no se la llevaron", apunta la mujer que cree, basándose en algunos detalles que le comentaron sus vecinos, que los hechos habrían tenido lugar en la noche del martes al miércoles de esta misma semana.

El suceso provocó que decenas de los vecinos en cuyas casas se hallaron los testigos de plástico hayan decidido reforzar la seguridad de sus puertas con la instalación de cerraduras reforzadas frente al "bumping", la técnica que emplean los asaltantes para forzar las cerraduras sin dejar marcas. "La gente está un poco desesperada y todo lo que le ofrezcan para mejorar la seguridad lo aceptan a ojos cerrados", sostiene uno de los afectados, que reconoce haber recurrido al cerrajero para dar un poco más de tranquilidad a su familia.

Por su parte, la Policía Nacional reconoció ayer que el jueves hubo una nueva denuncia por robos con marcas en las puertas en la zona de San Lázaro, aunque no precisaron en qué calle exactamente. Una prueba más de una actividad delictiva ante la que inicialmente se prefirió guardar silencio para no alarmar a la población, pero con unos hechos ya más que evidentes que están provocando una gran preocupación para los ovetenses. "Los hechos son los que son", indican resignados algunos agentes, que según los propios afectados ya les confiesan su hartazgo ante el abundante número de casos.

De todos modos, fuentes oficiales de la Policía Nacional recuerdan que están "poniendo toda la carne en el asador" para dar caza a los delincuentes. Entre las medidas que se están llevando a cabo destacan operativos especiales que siguen la pista de los posibles autores de los hechos a los que hay que sumar los dispositivos habituales de vigilancia. Una dedicación que esperan que pueda dar sus frutos y ponga de alguna manera freno a unos asaltos que se sospecha podrían estar siendo perpetrados por varias bandas. "Dijeron que se sigue la pista a seis o siete grupos", confiesa una víctima de las robos.

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