Fernando de la Hoz (Oviedo, 1973), es el presidente de la Asociación Ovetense del Motor Clásico. De pequeño ya le gustaba deambular por los alrededores de la calle González del Valle, en la que nació, para observar y conocer los coches que los vecinos guardaban en los garajes. Con 24 años empezó a organizar la Feria Internacional del Vehículo Clásico "Ciudad de Oviedo", y fue el director de feria más joven de España. El certamen cumple veinte años y con ese motivo sus promotores han elaborado un libro que recoge la historia de la feria y sus mejores imágenes a lo largo de los años. La obra se presentará el próximo 12 de septiembre en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA . La cita ferial será los días 16 y 17 de septiembre en el Palacio de Deportes de Oviedo. El sábado 16 habrá una concentración de la Ferrari Asociación de España y el domingo 17 una concentración de clásicos populares. En 2010, De la Hoz dio una vuelta al circuito antiguo de Nurburgring alcanzando los 311 kilómetros por hora, en un Porsche 911 turbo de 1987 con un kit de potencia.
Neumáticos y motores desde los primeros años. "Fui al colegio Santa María del Naranco (Ursulinas) y al Auseva. Más adelante me llevaron al Hispania y acabé en e Instituto Alfonso II donde hice hasta COU. No fui a la Universidad porque tenía claro que quería dedicarme al mundo del motor. Estuve de comercial del automóvil en conocidas firmas y trabajé en la compañía de seguros fundada por un tío abuelo hace casi 75 años. Mi abuelo fundó otra conocida empresa de vinos. Fue hostelero, bodeguero y pequeño constructor. Gracias a mi abuelo y a sus negocios he podido tener tiempo para investigar en las cosas que me gustan. Tanto él como mis padres siempre me inculcaron que es necesario e importante ayudar a los demás. Mi padre es patrono del Banco de Alimentos; mi hermano fue misionero en Guatemala y mi madre, que abrió una tienda de ropa infantil en la ciudad, que aún existe, estuvo en Caritas y fue catequista en la parroquia de San Juan".
Pasión alrededor del mundo. "Los coches me fascinan desde niño. Gracias a ellos he hecho muy buenos amigos por todo el mundo. Acaban de nombrarme responsable de la zona norte de la Federación Internacional de Vehículos Antiguos (FEVA). He hecho veinte desfiles del Día de América de Asturias, cinco libros, y ocho ferias de indianos. Me parece importante que el espíritu de aquellos "haigas" no desaparezca. Siempre me ha fascinado el coche americano y la historia de los indianos. Cuando empecé en esto una de las cosas que quise demostrar es que hay una historia detrás del automóvil en Asturias. El único sueño que me falta por cumplir es que Oviedo tenga un complejo cultural del automóvil, la motocicleta y el vehículo industrial, que podría ubicarse en la fábrica de la Vega. Allí hay naves con suelo y tejado nuevos. Habrá que darles un uso. Sería un equipamiento para abrir en verano y los fines de semana. Queremos planteárselo al Ayuntamiento. La idea es que al lado exista una escuela ocupacional que enseñe oficios antiguos relacionados con el motor. Muchos de ellos se están perdiendo. Los coches clásicos son como un violín antiguo que debe ser afinado con mimo".
Aquellos pioneros del siglo XIX. "En Asturias existe una gran afición al automóvil como queda demostrado en los acontecimientos que tienen lugar a lo largo del año. No es banal que Oviedo fuese el destino del primer coche que llegó a España en 1890. Era el triciclo Benz. De esa serie se fabricaron cinco unidades. El marqués de Vistalegre encargó la compra en París a un amigo suyo, farmacéutico en Infiesto. El coche existió hasta la Guerra Civil y se expuso en 1925 en la primera feria del automóvil organizada por el Real Automóvil Club de Asturias (RACE), ya desaparecido. De eso no puede presumir ninguna otra comunidad ni provincia de España".
La rueda del coche de Jesús Fernández Duro. "Me gusta coleccionar. Entre otras cosas conservo una de las ruedas Michelin del coche con el que Jesús Fernández Duro se fue a Rusia desde Gijón con el duque de Riansares en 1902, el viaje más largo desde España que se había hecho hasta entonces. Tuve otro de las neumáticos del vehículo, que ahora está en el museo Michelin, que no conservaba ese modelo. El primer coche que se fabricó en Asturias fue el Hormiga de la familia Alvargonzález, en Gijón y el primer asturiano que corrió con Ferrari fue Julio González Pola, en 1948. Fernando Alonso ha aportado a Asturias un museo en el que trabajan 21 personas y ha hecho una publicidad impagable a Asturias".
El Cadillac que condujo Ava Gardner. "Confieso que tengo miedo a la velocidad. He hecho muchos viajes con amigos, he cruzado en coches antiguos Irlanda y Escocia y el año pasado atravesé los países bálticos. Si pudiera elegir me encantaría tener un Tucker. Conduzco un Cadillac que fue de Ava Gardner, tampoco está mal. He estudiado a fondo la historia del automóvil en Asturias y con mis cinco libros he demostrado que es mucho más rica de lo que se piensa. Por ejemplo, el primer Rolls propiedad de una asturiana fue el de la marquesa de Argüelles". También me apasiona la vida de Alfonso Cabeza de Vaca, marqués de Portago, que tuvo parientes en Asturias, como Gonzalo Martínez de Irujo. En 2009 me reuní en Madrid con un actor de Hollywood interesado en llevar al cine la vida del marqués".
Respeto para el peatón. "Oviedo es el paradigma de ciudad peatonal y me parece muy bien. El futuro es el coche eléctrico y es necesario potenciar espacios para los ciudadanos. El peatón se merece más respeto. La gente pierde la atención al volante debido a toda la tecnología que nos rodea. De Oviedo me gusta mucho la calle Uría, será porque me crié muy cerca".
