El gobierno municipal es consciente de que la señalización de la ciudad, que estos días provoca confusión a los turistas que llenan el casco antiguo, tiene mucho margen de mejora. Algunos de ellos expresaron su despiste en un reportaje publicado ayer en estas páginas. "Al llegar al Ayuntamiento detectamos ese caos visual y consideramos necesaria una reorganización porque no es fácil enterarse", explica el concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo (Somos). Su departamento ya ha recibido la mayor parte de las conclusiones de un estudio encargado para atajar la situación. Un análisis que el Consistorio usará para definir el destino de los 50.000 euros que prevé invertir para ubicar mejor a los viajeros, a los ciudadanos y a los conductores y que señalará también puntos que despiertan la atención de los turistas, como la estatua de Woody Allen, según fuentes municipales.

El plan de Urbanismo tiene entre sus objetivos reducir la "contaminación visual" de las placas. Así que el primer paso ha sido elaborar una especie de censo. En este proceso, los técnicos han tenido en cuenta tanto la perspectiva de quien se mueve a pie por la capital del Principado como la de quien lo hace por carretera. Se busca así dar solución a uno de los principales problemas que señala el informe. "Hay zonas muy complejas porque las señales no son claras", dice Del Páramo. Una problemática que señalaron ayer, a través de las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, diversos viajeros que se encuentran haciendo turismo en Oviedo y que resaltaron que, ante las dificultades para ubicarse, recurren a menudo a las aplicaciones móviles o a la sabiduría de los vecinos para moverse por la ciudad. Por eso, cuando llegue el momento de colocar los nuevos distintivos se pondrá especial atención a los cruces y se potenciarán las referencias al Camino de Santiago o la Ruta de la Plata. Es en esos puntos en los que se realizará un esfuerzo añadido para "remarcar los puntos de información turística". "Para los habitantes de la ciudad es más fácil orientarse", apunta el concejal de Urbanismo al tiempo que destaca que "los turistas pueden sentirse un poco perdidos".

Las actuaciones tendrán también en cuenta otras "zonas críticas", aquellas en las que las señales conviven con otros elementos que dificultan su visualización. En este apartado, se pondrá especial cuidado a la hora de colocar referencias en espacios que cambian con el paso del tiempo porque albergan diferentes actividades. Como los mercados o las calles en las que los hosteleros colocan terrazas durante el verano.

La modificación supone también un cambio de jerarquía en las señales, que darán más importancia a aquellas que buscan quienes pueden estar más necesitados de indicaciones, como los turistas. "No pueden estar en la misma escala los monumentos del Prerrománico que los hoteles", señala Del Páramo.