La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El impacto del turismo en la ciudad

La escasa iluminación nocturna del Fontán espanta al turista, critican los hosteleros

"Esto de noche queda desierto, con más luz y seguridad vendría mucha gente; es la parte más importante del Antiguo", lamenta el comercio

El Fontán, ayer, al caer la noche. IRMA COLLÍN

El Fontán, uno de los principales emblemas históricos y urbanos de Oviedo, tiene dos caras. Una de día, cuando la zona se muestra cargada de actividad y tanto visitantes como vecinos llenan los bares y se acercan para realizar compras en tiendas y puestos al aire libre. La otra es la nocturna, cuando, según denuncian los comerciantes y hosteleros de la zona, "nos quedamos a oscuras" y "desciende de forma considerable" la presencia policial. Una situación que, lamentan los propietarios de los negocios, espanta a los turistas, que transmiten en barras y mostradores sus quejas por la poca luz que tiene el "corazón" del Antiguo.

"¿Quién va a caminar por la calle con esta oscuridad? Es lógico que los turistas se vayan a otra parte", indica Cristina García, que tiene una tienda en el barrio y es secretaria de la Asociación Comercio Oviedo Antiguo (ACOA). "Es básico que esté bien iluminado, como sucede en la parte vieja de otras ciudades", añade para resaltar después que acaba de pasar unos días en Valladolid, donde ha observado con envidia que el centro histórico "está espectacular".

"Esta es una queja que viene de atrás y nos la transmiten los viajeros y los vecinos", comenta después la comerciante, que critica que otras partes de Oviedo cuentan con más puntos de luz a pesar de encontrarse en lugares más alejados de los principales focos de tránsito y turismo . "Por las noches se queda desierto", confirma Esteban Figoli, que tiene varios negocios en el barrio y preside la asociación San Isidoro, que agrupa a vecinos, comerciantes y hosteleros de El Fontán. "Hace tiempo que llevamos pidiendo al Ayuntamiento de Oviedo una mejora de la iluminación", añade el propietario de una cafetería y una pizzería.

"Algunas de las farolas solo encienden la mitad de sus bombillas y otras se quedan apagadas directamente. Con más luz vendría más gente", lamenta Esteban Figoli, para señalar a continuación que "esto se queda muy triste" cuando termina el día. Apunta, además, otro factor para que a los turistas no les entren ganas de acercarse. "Por las noches tampoco hay mucha presencia policial". Y las condiciones que denuncian quienes viven de una de las áreas más transitadas del Antiguo no se limitan al verano. Porque el olvido de los sucesivos gobiernos en la materia, critican, se extiende al resto del año y en especial a las temporadas festivas. "En Navidad o Carnaval tampoco ponen iluminación y esta es la zona más importante del Antiguo, había que explotar su potencial al máximo", resalta Figoli.

"Cuando cae la noche esto se queda muy oscuro. Y en verano hay algo más de luz pero en verano... Las calles lucirían más con una mejor iluminación", explica Laura Pérez, que ha vivido siempre en El Fontán y representa a los negocios de la zona en la Cámara de Comercio. Detalla que bajo los soportales de la propia plaza, en su cara exterior, la oscuridad es más intensa. En el espacio rectangular interior que forman los edificios, señala también, apenas "hay una docena de faroles". "Cuando visitas otras zonas te das cuenta de que están mucho mejor iluminadas", sostiene Laura Pérez, antes de solicitar que se dote al espacio de una luminosidad propia de los tiempos. "La que tenemos es del siglo XVIII", lamenta.

Compartir el artículo

stats