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Un estudio encargado por Sanidad garantiza el buen estado de los cristales del HUCA

El documento avisa de posibles roturas "espontáneas y excepcionales" hasta los primeros cuatro años de vida del material

Sanidad asegura que la rotura de las cristaleras del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en la zona de consultas externas no ponen en riesgo a los usuarios del centro sanitario. Fuentes de la consejería recuerdan que existe un informe encargado a una empresa especializada a raíz de que se detectaran las primeras roturas de cristaleras, en noviembre de 2015. En el documento se garantiza la calidad y buen estado de los vidrios, pero se advierte que estos pueden sufrir roturas "espontáneas y excepcionales" aproximadamente hasta los primeros "cuatro o cinco años de vida" del material.

Las mismas fuentes quieren puntualizar que en ningún caso las roturas provocan la caída de grandes trozos de cristal al vacío. "El material se pulveriza y se precipita en forma de una fina lluvia de cristales", sostienen, asegurando que esta característica permite reducir casi al máximo los riesgos para los usuarios, acompañantes o trabajadores que a diario utilizan los pasillos de consultas externas.

Del mismo modo, señalan que desde noviembre de 2015 sólo se han vivido siete roturas de cristales en todo el equipamiento a pesar de la enorme superficie de vidrio que existe en determinados puntos del equipamiento. De esos siete sucesos, aclaran que sólo tres afectaron a cristales situados en los pasillos de consultas externas, mientras que los cuatro restantes se produjeron en la fachada. En este último caso, la rotura no vino acompañada de una caída de trozos de vidrio sobre zonas de paso para los usuarios, pues según indican se trata de una fachada con doble cristalera y el material roto fue a parar encima del otro cristal sin llegar a tocar el suelo.

Con todo, reconocen que ante la preocupación generada por estas roturas se decidió acometer la colocación de viseras el próximo octubre. El objetivo es evitar que ningún trozo de cristal, por pequeño que sea pueda impactar sobre los pacientes ni los trabajadores que habitualmente discurren por un área que a diario recibe una media de 2.800 consultas.

Sobre las causas que provocan las roturas "espontáneas" de los vidrios, los expertos apuntan al "aumento de volumen de la partícula incluida en el vidrio templado de sulfuro de níquel". Del mismo modo, señalan que las situaciones derivadas por esta causa deberían de remitir en "un periodo de cuatro o cinco años" desde la colocación de los materiales, un plazo que estaría cerca de cumplirse y que en la consejería confían que permita dejar atrás unas situaciones que, recuerdan, "son muy puntuales" y en ningún momento suponen una amenaza porque "los cristales se pulverizan en trozos muy pequeños y ligeros".

Sanidad lamenta que sucesos como el del martes pongan en duda la calidad de unas instalaciones que consideran un referente a nivel nacional. Estas dudas son alimentadas por el propio personal del hospital que reconocen tener miedo de que la rotura de cristales pueda costar una desgracia algún día. "La suerte es que de momento no cogió a nadie debajo", señala una trabajadora que ve bien que se trate de atajar el problema con una visera, pero lamenta que la medida haya tardado en llegar "casi dos años".

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