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¿Hasta cuándo la sedación en el proceso agónico de Feve?

No hay interés en potenciar el ferrocarril, porque no existe política ferroviaria ni disposición para diseñarla; Asturias vive de espaldas a este medio de transporte

Un tren con destino a Ferrol, estacionado en la estación de Foz. ÁNGEL DE LA FUENTE MARTÍNEZ

El pasado año publiqué una serie de artículos en este diario sobre la situación del ferrocarril. Ha pasado el tiempo y todo sigue igual por no decir peor. Los trenes de vía estrecha cada vez transportan menos viajeros porque el viajero no sabe si el tren prestará el servicio o en su caso cuándo llegará a su destino. Solamente leemos y escuchamos titulares en los medios de comunicación cargados de presuntas buenas intenciones, pero pasa un año, otro y el ferrocarril de vía estrecha se encuentra inmerso en una agonía que recuerda a la pertinaz sequía de aquellos tiempos que ya son historia.

El 16 de junio de 2017 decidí viajar a Pravia para participar en un acto académico en el tren de las 16,55 horas porque comenzaba a las 19,00 horas. Preví el desastre de organización de este medio de transporte y opté por subir a un tren que supuestamente llegaría a las 18,00 horas a Pravia. Llegué al apeadero de La Argañosa y me encontré en la sala de espera a una chica, empleada de Renfe, y un chico que me dicen que no ha pasado aún el tren con salida de Oviedo a las 15,55 horas y destino San Esteban de Pravia. En mi presencia uno de los usuarios llamó bastantes veces por el interfono de las máquinas expendedoras de billetes y cuando respondía una voz solía hacerlo con evasivas o en el mejor de los casos cortaba la comunicación. El respeto al viajero no está garantizado a la vista de estos hechos. Estuve a punto de perder el billete, acercarme a casa y coger el coche porque iba a ser imposible llegar a la hora convenida. Por fin, el tren de las 16,55 horas pasó por La Argañosa con más de media de hora de retraso. Llegué a mi destino diez minutos antes del inicio de aquel acto. Había salido de mi casa a las 16,50 horas. La causa, que pudimos deducir al ver que todas las señales estaban apagadas, los pasos niveles con las barreras abiertas y una brigada en la estación de San Román de Candamo, fue algún fallo en el sistema de señalización, pero nadie fue capaz de dar la cara y los fallos son día sí, día no, amén de emplear un tiempo de una hora para hacer un trayecto de cuarenta kilómetros con paradas en Las Mazas, Santa María de Grado, Peñaflor, Aces, Beifar... en las que el número de viajeros que suben y bajan se cuenta con los dedos de una mano al cabo del día.

El 12 de agosto de 2017 la localidad de San Ciprián, en Lugo, celebraba La Maruxaina, una fiesta que concentra a miles de personas todos los años con una considerable afluencia de jóvenes. Acerqué a mi hijo a la estación del ferrocarril de Foz para viajar desde aquí hasta San Ciprián junto con otros dieciséis jóvenes a los que habría que añadir un numeroso grupo que aguardaba la llegada del tren en el apeadero de Marzán y en la estación de Burela. El tren con salida a las 15,00 horas de Ribadeo y llegada a Foz prevista para las 15,18 horas acumuló un retraso de veintiún minutos. Nadie dio ninguna explicación, no había cruces ni con el Transcantábrico, ni con mercancías, algo debió fallar entonces en las aerodinámicas unidades de la serie 2700, cuyo diseño igual obedece a aquel proyecto de tren de vía estrecha por la cornisa cantábrica, con velocidad de 160 km/h, cuyo mentor fue un político gallego en cuya biografía consta que su profesión es político y consultor electoral, pues estudios superiores no constan. El mundo de la política en este país está plagado de individuos que son dignos sucesores de aquel que ostentó el título de Príncipe de la Paz. Así no se puede ir a ningún lado, ni mucho menos ser respetados.

El regreso de esta folixa el lector podrá imaginarse como es, cada uno por su cuenta porque no hay trenes nocturnos como ocurre en otros lugares. ¿No sería lógico disponer de dos convoyes con salida entre las 5,00 horas y las 6,00 horas uno con dirección Ferrol y otro hacia Ribadeo desde San Ciprián? En un país con gestores con buena cabeza no se habría dudado, o al menos se habría intentado, pero en España cuando la inmensa mayoría de aquellos que contraen la responsabilidad de gestionar la cosa pública aporta como mérito lucir un carnet y ser amigo de éste, aquel, el otro y además tener la habilidad de estar en el andén oportuno para coger un cercanías, un regional, uno de largo recorrido e incluso subirse a un convoy cargando de mercancías si estas son sustanciosas suelen ocurrir estas cosas. Los jóvenes no tienen más remedio que contratar autobuses, taxis o en su defecto algún sufridor padre y/o madre pegarse un buen madrugón e ir a buscar a su hijos y pandillas después de una noche bien regada con el botellón y queimada.

Una semana antes, el día 6 de agosto de 2017, la antigua Flavionavia celebró el famoso Xiringüelu. Acuden a esta cita jóvenes de todas partes y el occidente asturiano y la mariña lucense no son ajenos a este evento. Una vez más vuelve a repetirse la historia.

Los jóvenes contratan un autobús con salida desde Tapia o desde otros lugares de la marina occidental asturiana. Vuelvo a formular otra propuesta, ¿no sería oportuno ofrecer un tren desde Ribadeo a Pravia ida y vuelta con paradas en Vegadeo, Tapia (A Roda), La Caridad, Navia, Luarca, Cadavedo, Soto de Luiña, Cudillero? Lógicamente sí, pero no hay interés en potenciar el ferrocarril porque no existe política ferroviaria ni interesa diseñarla. Asturias vive de espalda a este medio de transporte y la prueba es el estado de la vía entre Cudillero y Vegadeo, porque deja mucho que desear si la comparamos con el trayecto que discurre por la vecina comunidad autónoma gallega, de la que se suele decir, gallegos y asturianos primos y hermanos, pero los primos todos sabemos quiénes son. Asturias cada vez más se parece a un sándwich en el que Cantabria y Galicia son el pan sólido y Asturias el jamón de York y el queso, pero fundidos por la presión que ejercen los panes cántabros y gallegos. Si alguien duda de esto, nada más tiene que echar un vistazo a la ejecución en esas comunidades de la A-8

El 17 de agosto de 2017, Navia festejó su famosa jira. Otra vez más de lo mismo. No se dispone de trenes especiales y la juventud tiene que buscarse la vida para acudir a este evento. El regreso fue en autobús hasta Ribadeo con la finalidad de coger el tren con salida de Ribadeo a las 6,55 horas y destino Ferrol, pero cuál será la sorpresa. Al llegar a la estación no hay ningún tren y al ser preguntado el jefe de estación responde que no hay tren. No da ninguna explicación.

Cuando decido redactar este artículo me pongo en contacto con las personas responsables de las estaciones de Ribadeo y Burela para informarme al respecto. La respuesta fue que sí hay servicio, pero a veces si hay alguna avería se recurre al taxi o autobús contratado por la compañía ferroviaria. Fueron incapaces de decir lo que había ocurrido. ¿Cómo ha subsanado la empresa esta supresión? Como siempre. Ofreció un autobús con salida a la misma hora para hacer el trayecto entre Ribadeo y Burela. Aquí esperaba el tren para emprender viaje hacia Ferrol.

Luarca celebra San Timoteo y los romeros solamente tienen los trenes regulares. El servicio de viajeros no se cuida, pero las mercancías no están mucho mejor. El abandono del ramal para acceder a Ence en Navia, así como el transbordo de mercancías en Xove para abastecer materias primas y recoger manufacturas en Alcoa, son otros dos ejemplos de la falta de compromiso con el ferrocarril de ancho métrico por parte de los responsables tanto a nivel estatal como autonómico y local.

Constituyen un buen ejemplo para reflexionar sobre los factores de localización industrial tanto clásicos como modernos. Siempre que reflexiono sobre el ferrocarril me viene a la mente el espíritu de aquel 27 de marzo de 1881 y ahora me pregunto dónde está el carácter combativo del pueblo asturiano que a finales del siglo XIX fue capaz de doblegar a un gobierno a llevar a cabo el paso por Pajares tal como lo vemos hoy y no de acuerdo con la propuesta gubernamental en tres años.

Sintiéndolo de todo corazón, me veo en la situación de admitir estoicamente que detrás de esta apatía hay muchos estómagos agradecidos aderezados con una programación de la caja tonta que fomenta cada vez más el embrutecimiento, la frivolidad, la grosería y el cotilleo. La consecuencia es que Asturias permanece en un letargo intencionado del que parece imposible despertar. El ferrocarril no es ajeno a esta situación.

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