Ganaderos, cazadores, montañeros y ecologistas reclamaron ayer un uso compartido y racional de los recursos naturales de la región, petición que también se vio refrendada por las palabras del director general de Biodiversidad del Principado de Asturias, Manuel Calvo Temprano, quien abogó por lograr un consenso entre todos los usuarios del monte.

Los participantes también coincidieron en destacar el despoblamiento como el mayor problema que acecha a la conservación del campo.

Precisamente "Montaña, ecología, caza y ganadería. ¿Es posible el consenso?", fue el título del coloquio que acogió el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, con motivo de la celebración del 50.º aniversario del Grupo de Montaña Torreblanca, que desarrolla a lo largo de este año en el foro cultural del periódico un amplio programa de actos conmemorativos. La mesa redonda de ayer, moderada por Manuel García Viejo, vicepresidente del Torreblanca, reunió a Manuel Calvo; Valentín Morán Álvarez, presidente de la Federación de Caza de Asturias; José Alba Alonso, representante de ANA; Anselmo García, representante de Asturias Ganadera, y Antonio Alba Moratilla, vicepresidente de la Federación de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias.

Calvo se mostró firme partidario de conjugar el uso del medio natural, siempre respetando el papel regulador que corresponde a la Administración. El director general, que no pasó por alto el aumento de la presencia humana en las áreas naturales, aseguró que "compatibilizar el uso y la conservación de las áreas naturales no sólo debe hacerse, sino que es algo necesario". También hizo hincapié en las diversas categorías de espacios protegidos que existen en la región, con planes de gestión diferentes.

Valentín Morán puso de relieve el "buen entendimiento que existe entre ganaderos y cazadores". "Con los montañeros y visitantes el único problema puede ser la falta de información, que a veces genera problemas cuando hay cacerías, previamente fijadas y perfectamente legales", señaló.

José Alba, miembro de la veterana Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza, ANA, puso el acento en los llamativos cambios de usos que se han producido en las áreas rurales en las pasadas décadas. "Ahora las condiciones son diferentes, la avalancha de turismo activo se cierne sobre una población de montaña cada vez menor. Es muy importante establecer foros de reunión y vernos la cara; hablando es sencillo llegar a acuerdos", resaltó. Anselmo García reivindicó el derecho a que cada colectivo use el medio natural "como le toca". "A nosotros no nos estorba ningún colectivo ni tenemos conflictos. Pero pensamos que estamos mucho peor que otros. No hay más que escuchar a los propios ganaderos", añadió. Antonio Alba, autor de libros de rutas y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, aseguró que aunque las sendas son necesarias, a los montañeros les gusta caminar por la montaña. "Consideramos que deben existir restricciones, pero razonadas".